¿Los gatos pueden ser esquizofrénicos? – Datos de interés

Los gatos son animales notoriamente temperamentales, hasta el punto de que muchos padres de mascotas se preguntan si sus gatos padecen esquizofrenia.

La afección se ha identificado en los seres humanos, pero no en ningún otro animal.

Los gatos pueden desarrollarla, pero los métodos tradicionales utilizados en el diagnóstico de la esquizofrenia no funcionan en ellos.

Para inferir si los gatos pueden llegar a ser esquizofrénicos, es esencial conocer las características de la afección y cómo funcionan los cerebros felinos.

¿Qué es la esquizofrenia?

La esquizofrenia es una afección psicológica crónica que afecta a la cognición mental, las emociones y el comportamiento. Se caracteriza por hacer que quienes la padecen «pierdan el contacto» con la realidad.

Experimentan alucinaciones, «oyen voces en su cabeza» y muestran comportamientos excéntricos que afectan negativamente a la vida.

El diagnóstico implica la realización de una serie de evaluaciones de salud mental que requieren la comunicación con los pacientes para evaluar las capacidades cognitivas y los rasgos de personalidad.

Actualmente, no existe ningún equipo médico que pueda medir los síntomas de la esquizofrenia.

Por lo tanto, para diagnosticar la enfermedad en los gatos sería necesario poder conversar con ellos. Algo que, por desgracia, somos incapaces de hacer de forma natural o utilizando la tecnología.

¿Piensan los gatos como las personas?

Los científicos solían considerar que los animales (aparte de los humanos) tenían cerebros poco sofisticados que funcionaban basándose únicamente en el instinto. Con el tiempo, se ha demostrado que muchos animales tienen aptitudes mentales que superan los instintos y se alinean con el intelecto humano.

Los gatos, en particular, tienen una memoria excelente y son capaces de resolver problemas y adquirir nuevas habilidades en nuevos entornos.

Además, tienen sueños vívidos y pueden experimentar la conciencia en forma de emociones como la felicidad, la tristeza y la empatía. Cada gato tiene una personalidad distintiva que lo hace diferente de otros gatos.

Sin embargo, por muy inteligentes que sean los gatos, los humanos tienen la mayor aptitud intelectual entre todos los animales. Las investigaciones científicas sugieren que este mayor poder cerebral hace que las personas sean los únicos animales predispuestos a desarrollar esquizofrenia.

Se teoriza que la afección se desarrolló como contrapartida a una mayor inteligencia. Además, su aparición en las personas está vinculada a factores genéticos que son exclusivos de los seres humanos y de ningún otro animal.

Causas del comportamiento errático (similar a la esquizofrenia) en los gatos

Las condiciones psicológicas que pueden hacer que los gatos se comporten de forma impredecible incluyen la ansiedad, la depresión, el síndrome de hiperestesia felina y la disfunción cognitiva felina.

Ansiedad

Los gatos pueden sufrir ansiedad cuando tienen miedo de algo, y a menudo las causas no están claras para los propietarios. Al igual que muchas afecciones psicológicas, no hay ninguna prueba médica que pueda realizarse para identificarla, por lo que puede ser difícil de diagnosticar.

Los gatos ansiosos suelen expresar su angustia a través de comportamientos destructivos como la agresividad, la inquietud y el arañar los muebles.

Además, su estado de ánimo y sus patrones de alimentación pueden cambiar. Muchos gatos que sufren de ansiedad también desarrollan trastornos obsesivo-compulsivos como el aseo excesivo.

Por lo tanto, los padres de las mascotas deben prestar mucha atención a los comportamientos de sus gatos para notar la condición.

Depresión

Los gatos pueden experimentar períodos prolongados de tristeza, al igual que los humanos. Las causas pueden ir desde acontecimientos aparentemente triviales, como cambios en la dieta, hasta situaciones más graves, como la muerte de una persona o de otro animal.

Los síntomas de la depresión en los gatos incluyen cambios en el apetito, siseos y esconderse de las personas.

La depresión no puede diagnosticarse mediante una prueba. Puede ser difícil de identificar porque sus síntomas son comunes entre las afecciones psicológicas.

Síndrome de hiperestesia felina (FHS)

También conocido como enfermedad de la piel enrollada, síndrome de la piel crispada o enfermedad de la piel ondulada, el FHS es un trastorno raro. Suele aparecer en gatos de edad avanzada y se caracteriza por ser un trastorno convulsivo y un trastorno obsesivo-compulsivo.

Las manifestaciones clínicas implican erupciones repentinas de comportamiento obsesivo como mordeduras, vocalizaciones fuertes, micción incontrolada y carreras histéricas.

La piel de la parte inferior de la espalda de los afectados también forma ondulaciones características, y los episodios suelen durar unos 30 segundos.

La HFS es difícil de diagnosticar, ya que no existe una prueba clínica para ello. A menudo se diagnostica erróneamente como una deficiencia nutricional, una intoxicación por plomo o un tumor cerebral.

La Disfunción Cognitiva Felina (DCF)

La DCF es un trastorno mental que se produce en los gatos que envejecen. Es similar a la enfermedad de Alzheimer y a la demencia en los humanos. El trastorno afecta a las funciones cognitivas de los felinos, y sus signos incluyen desorientación espacial, pérdida de memoria, disminución de la actividad y alteración de los ciclos de sueño.

La fcd es difícil de diagnosticar. No hay ninguna prueba para ello, y otras condiciones mentales o degenerativas también pueden causar sus síntomas.

¿Cómo se comunican los gatos

Los gatos se comunican utilizando diferentes vocalizaciones y comportamientos corporales. En concreto, las acciones de sus bocas, ojos, orejas, lomos y colas transmiten mucha información.

Por ejemplo, un gato cómodo suele tumbarse y ronronear con la cola inmóvil. Sus párpados estarán parcialmente cerrados y sus pupilas estarán contraídas.

Un gato nervioso tendrá las pupilas dilatadas y sus orejas estarán inclinadas hacia un lado o hacia atrás.

Su cola estará metida entre sus patas y buscará lugares para esconderse. Un gato asustado y agresivo gruñirá o siseará con la espalda arqueada y el pelaje erizado.

Sus bigotes estarán hacia atrás, y sus orejas estarán pegadas a la cabeza. Las acciones que realizan los gatos dependen de su estado de ánimo.

Por lo tanto, los comportamientos angustiosos pueden formar parte del temperamento y la personalidad típicos de un gato. Sin embargo, cuando estos comportamientos se salen de la norma, pueden ser síntomas de condiciones psicológicas que pueden afectar a los gatos.

Aparte de la esquizofrenia, la mayoría de las condiciones mentales que afligen a los humanos también se han identificado en los gatos. Pueden diagnosticarse con precisión evaluando los patrones de comportamiento felino sin necesidad de comunicarse con los gatos.

Esquizofrénico o no, ¿importa?

Los trastornos mentales felinos son difíciles de diagnosticar porque los gatos y las personas se comunican de forma diferente.

Además, no existen pruebas médicas que puedan utilizarse para detectar las afecciones. Esto no ha impedido la identificación de muchas afecciones psicológicas en los gatos.

Por lo tanto, la incapacidad de detectar la esquizofrenia puede significar que los gatos no pueden padecerla. Los comportamientos peculiares de los gatos pueden deberse a trastornos cognitivos o simplemente a estados de ánimo felinos normales que hacen de nuestros gatos individuos únicos.

En definitiva, no debería importar si los gatos pueden o no convertirse en esquizofrénicos.

Incluso el más malhumorado de los gatos puede aportar alegría y amor a los que le rodean, y los comportamientos erráticos pueden minimizarse proporcionándoles entornos cómodos.

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