Recorrido por el horizonte cultural de la República Checa

Praga, la tierra de las promesas artísticas

Lo que impacta a los turistas cuando llegan a Praga, además de la exuberante belleza arquitectónica y la «casa de muñecas» de Europa, es el singular espacio reservado al arte, lejos de limitarse a los museos. Por toda la ciudad descubrirá carteles, galerías, grafitis y, sobre todo, el muro de John Lennon, que acoge de forma totalmente legal a los representantes de la cultura de la zona, muy abierta a la creatividad de sus artistas.

A pesar de la omnipresencia del pasado en la arquitectura de la ciudad y de la influencia en la cultura checa, Praga da rienda suelta a los jóvenes, incluso a los realmente jóvenes, si nos guiamos por la invasión de bebés que afecta a la capital desde el año 2000. Por supuesto, quiero hablar de las esculturas de David Černý que, después de haber subido a la torre de televisión del barrio de Žižkov, han invadido los jardines del museo de arte contemporáneo Kampa, imperdible para los amantes del arte y para todos los demás.

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Claire Perrin

La ciudad tampoco es ajena a los festivales, ya sea de teatro con el Festival Fringe de Praga en mayo, o de música con el Festival Internacional de Música de Primavera de Praga que este año celebra su 70ª edición, o la fiesta de la cerveza para los menos melómanos. Pero no sólo Praga sabe celebrar la cultura. Así, el festival de verano de Shakespeare tiene lugar en los castillos históricos del país, desde Brno hasta Moravia.

La herencia del comunismo

Desde la desintegración de la URSS, la República Checa ha renegado del comunismo para poder entrar finalmente en la Unión Europea en 2004. Pero se equivocaría si pensara que el comunismo no está más que en los museos, como los de Praga. La razón de la abundancia artística de Praga y de todo el país podría encontrarse en su reciente entrada en la escena artística occidental, aunque desde los años 60 Checoslovaquia ya brillaba por su cine y su literatura.

En esta última categoría, el autor mayor y esencial para ayudar a entender la cultura checa es Milan Kundera, cuyas reflexiones sobre la noción de «kitsch» muestran la originalidad checa en una visión política que puede tener el arte, democrática pero también sentimentalista y conservadora en el caso del kitsch. Las obras de Kundera en general, y La insoportable levedad del ser en particular, son una buena introducción para entender la tensión cultural checa, que busca su lugar entre el mundo comunista y el capitalista.

Folclore y tradiciones

La República Checa es, al fin y al cabo, un país en el que se celebran enormemente las tradiciones y el folclore, como respuesta a siglos de dominación extranjera y a la división con Eslovaquia, destacando su singularidad cultural. Muchas ciudades acogen festivales folclóricos, como Praga y Strážnice, que puede presumir de ser el mayor del país, así como un «skansen», una especie de museo de pueblo al aire libre. La región de Moravské Slovácko, salpicada de skansen, es una mina de oro para los amantes del folclore y para todos aquellos que deseen descubrir las tradiciones checas lejos de las grandes ciudades y un poco más cerca de la naturaleza y de la gente local que, al contrario que los de Praga, nunca se cansan de los turistas.

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