Cuando Opeth apareció, a mediados de la década de los 90, la escena sueca de death metal estaba posiblemente disfrutando de la cima de la conciencia pública, al igual que los campeones originales del sonido como Entombed, Unleashed, Tiamat y Dismember (de la capital de Estocolmo), In Flames, Dark Tranquillity y At the Gates (de Gotemburgo), Grave, Edge of Sanity y … bueno, ya te haces una idea.

Sin embargo, los que habían seguido el improbable ascenso de Suecia a la prominencia mundial del death metal durante la primera mitad de la década sabían que eran necesarios el cambio y la evolución constantes para asegurar su vitalidad continua, y esto es precisamente lo que Opeth proporcionó – a través de un nuevo y audaz sonido que premiaba las disparidades extremas de heavy y light, a menudo prolongadas en canciones de ocho a diez minutos, o «movimientos» como los llamó el líder de la banda Mikael Akerfeldt.

Esta propensión a la composición épica surgió de la pasión de Akerfeldt por el rock progresivo de los años 70, y tomó forma en los dos primeros LP de Opeth, Orchid, de 1995, y Morningrise, de 1996, con la ayuda del productor Dan Swano (ex-Edge of Sanity), ambos aclamados como esfuerzos innovadores por la intelligentsia del death metal.

Pero fue necesaria la salida de Swano y el casi colapso de la banda antes de la grabación de My Arms Your Hearse de 1998 para que Opeth se diera cuenta de que aún tenía mucho que demostrar, al mundo y a sí mismos. Así, una sólida formación formada por Akerfeldt (voz y guitarra), Peter Lindgren (guitarra), Martín Méndez (bajo) y Martín López (batería) engranaron sus talentos a la perfección en una serie de álbumes que marcaron un hito entre Still Life, de 1999, y Ghost Reveries, de 2005.

Cuando llegó el momento de este último LP, Opeth se había ganado un verdadero reconocimiento internacional, mucho más allá del heavy metal, por no hablar del aún más limitado mercado del death metal. Pero, en lugar de animar a Akerfeldt a sentarse en los laureles, este éxito le retó a seguir madurando la música de su banda, y en los últimos años Opeth ha viajado por el valiente nuevo mundo del genuino rock progresivo, donde el heavy metal aparece simplemente en los detalles.

También estos esfuerzos han ganado muchos más partidarios que detractores, así que sólo podemos preguntarnos qué le espera a Opeth, porque no hay duda de que seguirán evolucionando. Así que acompáñanos en el repaso de la evolución de la banda hasta ahora mientras recorres esta galería de rankings de álbumes de Opeth

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