11.5: Cnidarios

Estructura y función de los cnidarios

Todos los cnidarios tienen algo en común. Se trata de un nematocisto, como el que se muestra en la siguiente figura. Un nematocisto es un aguijón largo, fino y enrollado. Tiene una púa que puede inyectar veneno. Estos diminutos «dardos» de veneno son propulsados por células especiales. Se utilizan para atacar a las presas o defenderse de los depredadores.

Nematocisto de cnidario. Un nematocisto de cnidario es como un dardo venenoso. Se expulsa de una célula especializada.

Hay dos planes corporales básicos en los cnidarios. Se llaman pólipo y medusa. Ambos se muestran en la siguiente figura. El pólipo tiene un cuerpo tubular y suele ser sésil. La medusa (en plural, medusae) tiene un cuerpo en forma de campana y suele ser móvil. Algunas especies de cnidarios alternan las formas de pólipo y medusa. Otras especies existen en una u otra forma.

Planos del cuerpo de los cnidarios. Los cnidarios pueden existir en forma de pólipo (izquierda) o de medusa (derecha).

El cuerpo de un cnidario consta de dos capas celulares, el ectodermo y el endodermo. Las células rodean una cavidad digestiva llamada coelenteron (véase la figura siguiente). Los cnidarios tienen un sistema digestivo sencillo. La única abertura está rodeada de tentáculos, que se utilizan para capturar presas. Los tentáculos están cubiertos de células nematocistas. La digestión tiene lugar en el celenterón. Los nutrientes se absorben y los gases se intercambian a través de las células que recubren esta cavidad. El líquido del celenterón crea un esqueleto hidrostático.

Los cnidarios tienen un sistema nervioso simple que consiste en una red nerviosa que puede detectar el tacto. También pueden tener otras estructuras sensoriales. Por ejemplo, las medusas tienen estructuras que detectan la luz y la gravedad. Estos sentidos les dan la sensación de estar arriba o abajo. También les ayuda a mantener el equilibrio.

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