Los amigos de nuestra infancia o adolescencia son especiales, no importa el tiempo que haya transcurrido entre las visitas. Estas conexiones irresistibles son el resultado de las raíces compartidas durante los años de formación. Nuestros amigos de la infancia y los novios de la adolescencia vivieron con nosotros todos los momentos maravillosos, horribles, aburridos y embarazosos que ayudaron a convertirnos en lo que somos hoy.

Sin embargo, cuando los niños son pequeños, los padres pueden considerar estas relaciones como insignificantes. Si la familia tiene que mudarse a una nueva comunidad y hay que dejar atrás a los amigos íntimos de los niños, ¿y qué? Ya harán nuevos amigos, les aseguran los padres. Pero, ¿es un amigo tan intercambiable como un juguete, o hay algo más en la amistad? ¿Por qué nos alegramos tanto de redescubrir a los amigos perdidos en nuestra edad adulta si, como creen algunos padres, eran tan prescindibles para nosotros cuando éramos niños?

Aún más, el amor de un adolescente (o preadolescente) por un novio o novia es menospreciado por muchos padres. Los adultos se refieren a estas relaciones con un lenguaje denigrante, llamándolas «sólo amor de cachorro», y estos vínculos románticos no se toman en serio. Los padres cuestionan la capacidad de los adolescentes para saber lo que es el amor, pero aceptan las declaraciones de sus hijos adolescentes, «Os quiero, mamá y papá», con total aprecio y al pie de la letra. Si los adultos aceptan que los adolescentes pueden amar de verdad a sus padres, ¿no deberían aceptar también que los romances de los adolescentes son amor «de verdad»?

Las citas por placer son relativamente nuevas. Hace muchos años, los adolescentes se casaban con sus primeros novios nada más salir del instituto. Estos hombres y mujeres de la generación de la Segunda Guerra Mundial se casaban a edades más tempranas que sus hijos del Baby Boomer o sus nietos de la Generación X o Millennial. Pero la educación se ha ampliado y la gente se casa más tarde.

La edad de la pubertad, sin embargo, ha descendido. Sean cuales sean las razones, la llegada a la pubertad influye en la edad del primer amor y de la primera experiencia sexual. Ahora es raro casarse con un primer amor. Los adolescentes de hoy no tienen citas para elegir pareja, sino para divertirse. Sin embargo, la experiencia del primer amor no es menos poderosa que en los años 40.

Los adultos que subestiman la fuerza del vínculo -o el impacto de la pérdida- de un primer amor pueden haber olvidado el golpe que supuso la pérdida de sus propios primeros amores. Incluso pueden intentar consolar a los adolescentes con lecciones desenfadadas: un número sorprendente de hombres y mujeres me escribieron para quejarse amargamente de los padres que bromeaban hace años: «¡No te preocupes! Los novios/novias son como los autobuses… ¡llega uno nuevo cada 10 minutos!». Esto no era útil, y no era divertido. La pérdida de un primer amor puede ser tan aplastante para algunos adolescentes que se vuelven suicidas.

El dolor de la ruptura disminuirá con el tiempo, pero el amor puede permanecer enterrado y latente durante décadas. Aunque la mayoría de los hombres y mujeres encuentran parejas satisfactorias tras las rupturas del primer amor, hay adultos que pasan sus años de casados conscientes de que «les falta algo». Siguen pensando en sus primeros amores perdidos. Quizá si se hubieran casado con sus primeros amores cuando eran más jóvenes, me dicen, podrían haber formado matrimonios duraderos y satisfactorios, pero nunca lo sabrán. Estos romances se vieron interrumpidos, a menudo por la interferencia de sus padres.

En mi reciente encuesta a 1.600 personas (que nunca habían intentado un reencuentro con un amor perdido), de edades comprendidas entre los 18 y los 92 años, el 56% de los participantes dijo que no querría volver con sus primeros amores, el 19% no estaba seguro, pero el 25% dijo que sí lo haría.

Incluso los adultos que no tenían ningún interés actual en sus primeros amores, incluidos los que sólo tenían recuerdos amargos, revelaron que estos primeros romances influyeron en sus actitudes de toda la vida sobre el amor, e incluso sobre ellos mismos.

Cuanto más tiempo estudio los amores perdidos y los reencuentros de amores perdidos, más claro me resulta lo importante que es realmente el amor joven. El primer amor, el amor joven, es realmente el amor real. Este amor intenso no aparece cada 10 minutos. Para algunas personas, puede llegar sólo una vez en la vida.