Alopecia areata

Las causas de la alopecia areata son complejas y no se conocen bien. Es probable que el trastorno se deba a una combinación de factores, incluidos los cambios en muchos genes que funcionan en el cabello y la piel y en el sistema inmunitario.

La alopecia areata forma parte de un gran grupo de enfermedades del sistema inmunitario clasificadas como trastornos autoinmunitarios. Normalmente, el sistema inmunitario protege al organismo de invasores extraños, como bacterias y virus, reconociendo y atacando a estos invasores y eliminándolos del organismo. En los trastornos autoinmunes, el sistema inmunitario funciona mal y ataca a los propios tejidos del organismo. Por razones que no están claras, en la alopecia areata el sistema inmunitario ataca los folículos pilosos, deteniendo el crecimiento del cabello. Sin embargo, la enfermedad no daña permanentemente los folículos, por lo que el cabello puede volver a crecer más adelante.

Muchos de los genes que se han asociado a la alopecia areata participan en la respuesta inmunitaria del organismo. Entre ellos se encuentran varios genes que pertenecen a una familia de genes denominada complejo de antígenos leucocitarios humanos (HLA). El complejo HLA ayuda al sistema inmunitario a distinguir las proteínas propias del organismo de las proteínas producidas por invasores extraños. Cada gen HLA tiene muchas variaciones diferentes, lo que permite al sistema inmunitario de cada persona reaccionar ante una amplia gama de proteínas extrañas. Ciertas variaciones en los genes HLA probablemente contribuyen a la respuesta inmunitaria inadecuada dirigida a los folículos pilosos que conduce a la alopecia areata. Los genes del sistema inmunitario ajenos al complejo HLA, como varios genes implicados en la inflamación, también se han asociado a la alopecia areata.

Algunas de las variaciones genéticas asociadas a la alopecia areata se han identificado en personas con otros trastornos autoinmunes, lo que sugiere que este grupo de enfermedades puede compartir algunos factores de riesgo genético. Las personas con alopecia areata tienen un mayor riesgo de desarrollar otros trastornos autoinmunes, como el vitíligo, el lupus eritematoso sistémico, la dermatitis atópica, el asma alérgica y las enfermedades tiroideas autoinmunes (como la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Graves). Del mismo modo, las personas con esos trastornos autoinmunes tienen un mayor riesgo de desarrollar alopecia areata.

En muchos casos, se desconoce qué desencadena la caída del cabello en las personas con alopecia areata. Es posible que los factores ambientales, como el estrés emocional, las lesiones físicas o las enfermedades, provoquen una respuesta inmunitaria anormal en las personas de riesgo. Sin embargo, en la mayoría de las personas afectadas, la aparición de la caída del cabello no tiene una explicación clara.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.