Cómo elegir la mejor calabaza para cocinar

Cinco consejos para seleccionar y conservar la calabaza.

Patricia S York

Cuando el otoño por fin llega al Sur, puedes encontrarnos en la cocina disfrutando de platos salados y dulces llenos de especias de temporada y productos frescos. Algo que nos encanta cocinar en otoño es la calabaza fresca. Esta calabaza se puede utilizar en una gran cantidad de platos dulces: Galletas de calabaza con pepitas de chocolate, pastel de calabaza con especias y pastel de calabaza y limón con queso crema. La calabaza también es perfecta para preparar deliciosos platos salados: Gratinado de calabaza y calabacín, estofado de pollo a fuego lento con calabaza y arroz salvaje, y sopa de cerveza y queso de calabaza. Si nunca has utilizado calabaza fresca, es posible que no sepas por dónde empezar. Aquí tienes 5 sencillos pasos para elegir la mejor calabaza y asegurarte de que se mantiene fresca.

1. Elige el tipo correcto Elija el tipo correcto

Para cocinar, querrá utilizar calabazas de azúcar (también llamadas calabazas de pastel o dulces), que son pequeñas y redondas. Las calabazas Long Island Cheese, que son más oblongas y pueden parecer una rueda de queso, también son buenas para comer. Los tipos de campo son más grandes; tienen una carne acuosa y fibrosa; y se utilizan mejor para decorar.

2. Busque un tallo sano

Busque una calabaza con un tallo bien adherido, marrón y seco (señal de que está lo suficientemente madura para ser cosechada), pero no la utilice como asa de transporte. El tallo puede romperse, desgarrando la cáscara y haciéndola susceptible de pudrirse.

3. Examine a fondo

Busque mellas profundas, magulladuras y puntos blandos, todos ellos signos de que la podredumbre se ha instalado. No pase por alto la parte inferior de la calabaza, que puede permanecer mucho tiempo en la tierra húmeda.

Mira: Cómo asar semillas de calabaza

4. No juzgue la calabaza por su color

La tonalidad de una calabaza se apagará a medida que envejezca, pero mientras la piel no esté manchada ni tenga magulladuras, la carne del interior seguirá siendo dulce y comestible.

5. Almacénela adecuadamente

Las calabazas enteras deben conservarse en un lugar fresco y seco. Una vez cortadas, deben envolverse bien, refrigerarse y utilizarse antes de cinco días. Haz un puré o corta en cubos lo que te sobre y congélalo para usarlo más tarde.

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