Escribir un guión es una gran empresa. En no mucho más de 100 páginas, un guionista debe presentar de forma clara y sucinta una historia coherente y apasionante, con personajes ricos y diálogos y acción interesantes, todo ello siguiendo el formato estándar de los guiones.

Conozca cómo funcionan.

Los guiones no son piezas independientes de material literario. Cuando se escribe un guión, se está escribiendo una película. Antes de empezar a escribir su primer guión, debe hacerse una idea de cómo se trasladan las palabras de la página a la pantalla. Para ayudarle a conseguirlo, lea los guiones de algunas de sus películas favoritas o busque guiones de películas con las que esté menos familiarizado y léalos y véalos simultáneamente o uno detrás de otro.

Una simple búsqueda en la web le indicará algunas bases de datos de guiones en línea, pero debe estar seguro de que lo que está leyendo son los guiones reales de las películas y no simples transcripciones. Cuantos más guiones lea, mejor podrá distinguir cuáles son auténticos, pero un buen punto de partida es la página de la biblioteca en johnaugust.com, donde el guionista John August ha publicado múltiples versiones de los guiones de sus películas Big Fish, Go, The Nines y otras.

Aprenda el formato.

Se dará cuenta de que todos los guiones comparten un formato común. Este es el estándar de la industria. Puedes imitar el formato por tu cuenta, pero no es necesario: los procesadores de texto como Final Draft, Celtx, Movie Magic Screenwriter y otros están hechos especialmente para la escritura de guiones y tienen el formato incorporado. Deja que hagan el trabajo pesado de formatear para que tú puedas concentrarte en tu historia.

Elige tu idea.

Ahora que sabes cómo es un guión y cómo se siente, necesitas una idea para tu película. Elige algo que te apasione. Pasarás mucho tiempo con la historia que elijas, y lo más probable es que tengas que luchar con altibajos. No querrás perder fuelle.

Desarrolla tu historia.

Cuando tu idea esté consolidada, vas a averiguar el principio, el medio y el final por completo para poder resolver cualquier problema importante de la trama antes de que surja. Este proceso se denomina «descifrar la historia»

Dos herramientas que los escritores utilizan para ayudar a organizar los pensamientos, y para lograr y expresar esto son los tratamientos y los esquemas. Un tratamiento es esencialmente una versión en prosa de su historia, desde el principio hasta el final. A diferencia del tratamiento, un esquema no suele hacerse en forma de párrafo, sino que cuenta la historia mediante listas o viñetas. Un esquema puede ser más o menos detallado que un tratamiento, dependiendo de su propósito.

Si tienes problemas para sintetizar tu historia, hay numerosos libros que puedes consultar y que pueden ayudarte en el proceso. Uno de los favoritos es Save the Cat, de Blake Snyder.

Una vez que se han definido los principales aspectos de la historia, se puede optar por ser aún más detallista y hacer un desglose escena por escena de cómo será la película. Para algunos, esto adopta la forma de otro esquema. Algunos guionistas optan por hacerlo en una pizarra o en tarjetas, con una tarjeta para cada escena.

Ahora, es el momento de escribir.

No hay una forma determinada de escribir un guión; cada persona es diferente.

Algunos guionistas principiantes escriben después del trabajo todos los días durante un año para completar un guión; otros guionistas a tiempo completo pueden ser capaces de terminar un borrador trabajando cada hora hasta que esté hecho. Los contratos de largometrajes profesionales suelen permitir un período de escritura de 12 semanas para el primer borrador.

Pero cada escritor es diferente. Tómate el tiempo que necesites, especialmente para tu primer guión. Escribe a la hora de comer, nada más levantarte, en mitad de la noche, o todo lo anterior. Abre tu portátil en los cafés, tu iPad en los aviones o tu cuaderno en la cama. Sólo asegúrate de dejar tiempo para reescribir. Porque como dice el tópico, escribir es reescribir.

.