«Los virus se encuentran todo el tiempo en nuestro entorno a la espera de una célula huésped. Pueden entrar en nosotros a través de los ojos, la nariz, la boca o las grietas de la piel (para más detalles, véase Cómo funciona el sistema inmunitario). Una vez dentro, encuentran una célula huésped a la que infectar. Por ejemplo, los virus del resfriado y de la gripe atacan las células que recubren el tracto respiratorio o el digestivo. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, ataca a las células T del sistema inmunitario.
Independientemente del tipo de célula huésped, los virus siguen los mismos pasos básicos para replicarse:
Anunciación
- Una partícula de virus se adhiere a una célula huésped.
- La partícula libera sus instrucciones genéticas en la célula huésped.
- El material genético inyectado recluta las enzimas de la célula huésped.
- Las enzimas fabrican piezas para más partículas virales nuevas.
- Las nuevas partículas ensamblan las piezas en nuevos virus.
- Las nuevas partículas se liberan de la célula huésped.
Todos los virus tienen algún tipo de proteína en la capa exterior o envoltura que «siente» o «reconoce» la(s) célula(s) huésped adecuada(s). Esta proteína adhiere el virus a la membrana de la célula huésped. Algunos virus con envoltura pueden disolverse a través de la membrana celular del huésped porque tanto la envoltura del virus como la membrana celular están hechas de lípidos.
Los virus que no entran en la célula deben inyectar su contenido (instrucciones genéticas, enzimas) en la célula huésped. Aquellos virus que se disuelven en una célula simplemente liberan su contenido una vez dentro del huésped. En cualquier caso, los resultados son los mismos.