Cómo lidiar con la ira mal dirigida con un adicto en su familia

No hay nada que pueda causar ira como ver sufrir a un ser querido. Si tienes un adicto en tu familia, sabes exactamente lo que quiero decir. Los ves herir, causar dolor y mostrar el deseo de cambiar. Quieres arreglarlos, pero no puedes. La ira es una emoción que exige ser sentida, pero a veces nuestra ira puede ser mal dirigida, especialmente cuando amamos a un adicto.

¿Por qué te sientes enojado?

Siempre es bueno llegar a la raíz de una emoción. ¿Por qué te sientes enfadado? ¿Dónde estás poniendo la culpa? El enojo con un adicto en su vida puede venir de muchos lugares. Lo más probable es que estés enfadado porque una persona que te importa tiene problemas de adicción, no se está recuperando como tú quieres o tiene comportamientos que te hacen daño a ti o a los que te rodean. No es raro sentir rabia hacia esa persona, pero recordemos que tiene una enfermedad y está sufriendo. No podemos esperar que tomen buenas decisiones cuando una enfermedad devastadora ha secuestrado todo su ser. Esto no significa que no puedas sentirte enfadado, pero no es justo si está totalmente dirigido a la persona que amas.

Vuelve a ponerlo en perspectiva

Al igual que los adictos que se están recuperando: tómate un día a la vez. Vuelve a poner tu ira en perspectiva. La ira, como todas las emociones, es temporal. Como dice la famosa cita, la ira es un arma de doble filo. Normalmente hace más daño a la persona que la siente que a la que la provoca. La verdad es que el enfado no ayuda a la situación; sólo te hace sentir peor. La próxima vez que te enfades con un adicto al que quieres, puedes decirte a ti mismo: «Me siento enfadado, pero estoy enfadado con esta enfermedad, no con la persona a la que quiero. Sé que este sentimiento es temporal y que pronto pasará». Es fácil seguir enfadado, pero volver a ponerlo en perspectiva y reconocer esta emoción como lo que es -un malestar temporal- ayudará al final.

Trabaja en ti

Este puede ser un consejo difícil de aceptar, especialmente si se trata de alguien que todavía está enfermo y sufriendo. Pero, debería hacerte sentir mejor concentrarte en las cosas que puedes controlar, y ese eres tú. Nada que puedas hacer controlará las acciones del adicto en tu vida. Una vez que aceptes este hecho, la vida será más fácil. Junto con el trabajo en ti mismo viene la capacidad de mirar tu lado de la calle. Deja de culpar al adicto y, en su lugar, explora lo que puedes estar contribuyendo a la ira que estás experimentando. Esto no quiere decir que el adicto en tu vida no te haya causado dolor, pero es más proactivo mirar las cosas que puedes controlar. Asegúrate de que no estás permitiendo a tu ser querido y concéntrate en tu propio autocuidado. Revisa tu mente, tu cuerpo y tu espíritu y haz los cambios necesarios en tu carrera, en tu salud o en las relaciones que puedan requerir trabajo. Si cree que necesita ayuda con sus sentimientos, no espere a que las cosas se pongan feas; busque ayuda ahora.

La ira es una emoción que puede abarcarlo todo y puede apoderarse fácilmente de su vida. Cuando amas a un adicto, la ira es un sentimiento común que puede ser mal dirigido hacia este individuo enfermo. En lugar de dejar que el fuego arda en tu interior, toma medidas positivas para analizar tu ira, relativizarla y hacer cambios en tu propia vida. Ayudarte a ti mismo es el primer paso para ayudar a los que te rodean.

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