El drama familiar es inevitable
«Recuerda que nadie tiene la ‘familia de la tele'», dice Susan Trombetti, experta en relaciones y propietaria de Exclusive Matchmaking. Al decidir alejarme de mi hermano, recordé que, durante muchos años, mi padre no se hablaba con uno de sus hermanos. Mi madre ha tenido problemas con sus hermanas toda su vida y mantiene el mínimo contacto con ellas. Me di cuenta de que no me convierte en una persona terrible si mi hermano y yo no nos convertimos en las personas más cercanas de la Tierra, especialmente si he hecho un intento justo.
No dejes que tus límites se conviertan en miedo
Mi preocupación inicial al cortar con mi hermano era que se enfadara y se alejara de mí indefinidamente. Pero al final del día, me recordé a mí misma: 1) Si eso ocurriera, no sería del todo culpa mía, 2) Probablemente volverá cuando ponga en orden su vida y trabaje en sí mismo. Y a medida que he ido implementando estos cambios, he comprobado que esto último es cierto. Mi hermano desaparecerá de mi vida durante seis meses seguidos, pero luego recibiré un mensaje de texto o un correo electrónico suyo de repente. Durante esos seis meses, estoy felizmente libre de dramas; cuando vuelve, es más suave en su enfoque, ya que nuestra relación ha tenido el espacio que necesitaba.
Sus problemas no son tu culpa
Por mucho que mi hermano haya intentado culparme de sus defectos y de nuestra falta de relación, he tenido que recordarme a mí misma que él tiene el control de su propia vida. Trombetti subraya que es importante recordar que «están rotos y no puedes arreglarlos. Sólo puedes operar desde tu propia brújula moral y no dejarte atrapar por su ira, su drama o su comportamiento tóxico».
No es mi circo, no son mis monos
Después de años de lidiar con los aspectos de ida y vuelta de la negatividad de mi hermano, he aprendido que es su drama, no el mío. Desde entonces me he dado cuenta de que, como familia, podemos preocuparnos por mi hermano y ofrecerle apoyo, pero al fin y al cabo, no es sano que absorbamos el estrés asociado a sus problemas cotidianos. «Mi circo no, mis monos no», me dijo una vez mi madre. Desde entonces, me repito ese proverbio polaco cuando empiezo a sentir que los problemas de mi hermano se cuelan en mi vida.
Salvar una relación dañada con un miembro de tu familia puede ser un viaje difícil. Pero eso no significa que no se pueda hacer. Lo principal es recordar que tomarse un tiempo para alejarse de un familiar tóxico, establecer límites para la relación y alejarse de su drama no te convierte en una mala persona. Es estupendo ser un sistema de apoyo para tu familia, pero es igualmente importante que te ocupes de tus propias necesidades en el proceso.