Cómo ser más feliz con lo que tienes

«Hay dos maneras de aumentar tu riqueza. Aumentar tus medios o disminuir tus deseos. La mejor es hacer ambas cosas al mismo tiempo». – Benjamin Franklin

La miseria no debería ser el precio de la ambición. En algún lugar creo que mucha gente tiene la idea de que para querer más, tienes que estar insatisfecho con lo que tienes ahora. Creyendo esto, tu elección es amortiguar tus pasiones o volverte miserable con lo que tienes.

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Creo que esto es una falsa dicotomía. Se puede estar satisfecho y ser ambicioso. Y aunque muchos libros de autoayuda han tratado el tema de la ambición, son menos los que cubren la idea de llegar a estar inmensamente satisfecho con lo que ya tienes.

Más allá de las afirmaciones y las creencias, creo que hay algunos consejos prácticos para hacerlo. La ingeniería de tu vida diaria puede ser una gran manera de maximizar tu satisfacción actual. Lo mejor de todo es que no es increíblemente difícil de hacer. Aquí hay algunos consejos que he encontrado útiles para ser más feliz con lo que soy:
1 – No pongas todos tus huevos en una sola cesta

Los inversores entienden que la diversificación evita que una mala caída te arruine financieramente. Mantener tus intereses diversificados, te asegura que un desliz no te hará miserable. Atar toda tu vida a un solo ámbito no sólo es obsesivo, sino peligroso.

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El equilibrio en la vida se ha convertido en un tópico. El equilibrio implica un compromiso débil en el que se hacen malabares con los esfuerzos. Pero la alternativa al equilibrio no tiene por qué ser la obsesión. Tener varias áreas de atención a la vez te ayudará a suavizar las fluctuaciones de tu experiencia. Escoge de 3 a 5 cosas que sean críticas para ti y una docena más que consideres importantes.
2 – Diseña tu día

Dedica un poco de tiempo a reorganizar cómo llevas tu vida diaria. Mirando al horizonte puede ser fácil perderse lo que hay bajo tus pies. Centrarte en las mejoras de tus rutinas, hábitos y entorno puede tener un gran impacto en tu satisfacción actual. Aunque tengan poca influencia en tu cuenta bancaria o en tu nota media.

Empieza por hacer un repaso de cómo inviertes tu tiempo. Lleva contigo una libreta durante un día. Anota cada vez que empieces o dejes una actividad. Esto te permitirá ver con detalle cómo inviertes tu tiempo. También le dará una idea de dónde puede mejorar.

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El objetivo no es tener el día más productivo posible o uno que esté desprovisto de todos los «malos» hábitos. Tu objetivo es simplemente experimentar con cambios que puedan hacer tu día más interesante, divertido o satisfactorio.
3 – Rompe con las comparaciones

Si eres como la mayoría de los habitantes de las naciones industrializadas, eres más rico que la mayoría de los reyes medievales. Estás libre de la mayoría de las enfermedades que asolaban a nuestros antepasados. Tienes muchos más derechos humanos. Y es mucho menos probable que tenga una muerte violenta. Según esta comparación, deberías estar exultante en comparación con tus tatarabuelos. ¿Por qué no se siente así?

La respuesta es porque la mayoría de la gente basa su satisfacción en la comparación con los demás. Puede que seas fabulosamente rico en comparación con tus antepasados, pero también tienes que comparar tu vida con la de personas que son mucho más ricas, sanas y atractivas que tú.

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Romper las comparaciones con otras personas te hará más feliz, pero no es fácil de hacer. No hay un interruptor de apagado en tu cerebro para la competencia. Sin embargo, hay algunas formas en las que puedes hacer ajustes en tu vida que te ayuden a evitar la miseria competitiva:

  • Diversifica tu vida social. Si sólo te relacionas con personas de una sola clase, siempre lucharás con la comparación. Mi sugerencia es que amplíes los grupos de personas con los que te relacionas. No sólo en términos de ingresos, sino de edad, experiencias, cultura y antecedentes. Cuanta más diversificación, más difícil será que te pongas a criticar.
  • Apaga los medios de comunicación. Si la información no te ayuda a tomar decisiones y sólo te hace sentir miserable, ¿por qué la consumes? Rodearse de revistas de famosos y programas de televisión con niños ricos mimados puede alimentar esa necesidad de comparar.
  • Encuentra tus talentos. Haz hincapié en las cosas que se te dan bien y que te hacen único. Cuanto más cultives una identidad única, menos posibilidades tendrás de hacer comparaciones lineales entre tu vida y la de tus amigos.
  • Cultiva la abundancia. La competencia se basa en gran medida en la suma cero. La idea de que la ganancia de otro es mi pérdida. Rara vez es este el caso. Concéntrese en cómo los efectos de la ganancia de otro pueden convertirse en su propia ganancia. Enfatizar una mentalidad de abundancia puede ayudarte a evitar la comparación que inevitablemente surge del pensamiento de escasez.
  • Enfócate internamente. Quizás el consejo más importante de todos es poner menos atención en los resultados externos. Si construyes un mundo interior estable, podrás sobrevivir a las tormentas del mundo exterior. Centrarte en los intangibles de tus pasiones, retos, vínculos y propósitos te llevará a una mayor satisfacción actual.

No te hagas el miserable

Tardé un tiempo en darme cuenta de que trabajar felizmente por un objetivo daba los mismos resultados que la frustración estresada. El estereotipo de que el triunfador necesita ser un maníaco obsesivo es bueno para hacerte sentir miserable.

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