Chile: ¿La Suiza de Sudamérica?

Chile podría -y debería- llamarse la Suiza de Sudamérica, por una buena razón. Aquí las leyes importan. Todo es estrictamente legal. Y los chilenos trabajan duro, tanto que hace que el visitante ocasional se pregunte si alguna vez descansan.

La laboriosidad chilena se muestra en su ranking del GEDI. En el índice GEDI de 2014, Chile se situó en el puesto 15 entre los 120 países clasificados, justo por detrás de Noruega y por delante de Alemania (de todos los países). Esta hazaña es aún más impresionante si se tiene en cuenta el PIB per cápita (ppp) de Chile. Mientras que Noruega tiene un PIB (ppp) per cápita de 47.547 USD y Alemania uno de 34.766 USD, el PIB (ppp) per cápita de Chile es de 15.848 USD. Se trata del PIB per cápita más bajo entre los 20 primeros países de la clasificación del GEDI, con cierto margen respecto a la mayoría de los países.

Este es un rendimiento impresionante: cuanta más riqueza tiene el país, más puede invertir en innovación, y esto debería reflejarse en la calidad de su ecosistema de emprendimiento. Esto es lo que mide el índice GEDI. Sin embargo, Chile supera a Alemania, que es más de dos veces más rica, y está a la par con Noruega, que es casi tres veces más rica. Claramente, Chile está haciendo algo bien.

¿Pero qué es? Un examen más detallado de los perfiles de los ecosistemas empresariales de Chile, EE.UU. y Brasil ofrece una visión interesante. Obsérvese que EE.UU. es el país líder del GEDI a nivel mundial, mientras que Brasil sólo ocupa el puesto 100 en la clasificación del GEDI. Esta comparación se muestra en la siguiente figura.

Recuerden que esta es una comparación injusta. Estados Unidos es uno de los países más ricos del planeta, con una fuerte cultura empresarial. Sin embargo, al comparar los perfiles de los dos países, vemos que Chile está a la par con EE.UU. en términos de Actitudes Emprendedoras (pilares 1 a 5). De hecho, los chilenos están por delante de EE.UU. en cuanto a la aceptación del riesgo. Sin embargo, donde Chile se queda atrás es en los pilares de Actitud (pilares 6 a 10) y de Aspiración (pilares 11 a 15).

Por lo tanto, las actitudes chilenas son de clase mundial. Es este impulso de actitud el que de hecho pone a Chile a la par con Alemania y Noruega. Sin embargo, donde la brecha con respecto a los países más emprendedores (y en muchos casos, más ricos) comienza a mostrarse es en la conversión de estas actitudes en una actividad emprendedora de alta calidad e impacto. Aquí es donde Chile queda por detrás de Estados Unidos. Y la mayor razón de esto es la infraestructura: infraestructura para los negocios, y también, infraestructura para la innovación. Hay un gran potencial en Chile, pero para realizar este potencial, se necesita un terreno fértil para el crecimiento y la innovación. Aquí es donde Chile necesita invertir.

En resumen, el ecosistema de emprendimiento de Chile ofrece un gran potencial. Chile podría ser fácilmente la Suiza de Sudamérica. Pero para realizar este potencial, se necesita más inversión: en capital humano y en una infraestructura que apoye la innovación. Gran parte de la riqueza chilena procede de las materias primas y de las riquezas naturales. Esta riqueza debería invertirse sabiamente para apoyar el crecimiento impulsado por la innovación y así liberar el potencial de Chile para la creación de riqueza empresarial.

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