Si bien es poco probable que los papas del mundo moderno se desborden de la manera en que lo hicieron algunos de sus predecesores históricos, la historia de la Santa Sede ha dejado en claro que ciertos papas del pasado que optaron por el enfoque de «dolla dolla bill y’all» para su papado estaban en una posición extremadamente útil para hacerlo. Aquí, debemos mencionar al Papa Alejandro VI, un poderoso miembro de la familia Borgia que más o menos sobornó su camino al papado y procedió a poner una buena parte de su familia en posiciones de poder dentro de la iglesia. También ganó muy buenas cantidades de dinero con su negocio paralelo, que consistía en vender puestos de cardenal a los candidatos con los bolsillos más llenos.

Otro de los principales candidatos para el prestigioso premio al «papa más emprendedor» es Sixto IV, quien, según la Enciclopedia Británica, fue el que inventó la indulgencia, un concepto que permitía a las personas vivas hacer donaciones a la Iglesia para acortar el tiempo de sus seres queridos muertos en el purgatorio. Ah, y también autorizó un montón de burdeles. ¿Esto lo convierte técnicamente en un Papa y en un proxeneta? Ese es probablemente uno de esos pensamientos que te hacen ganar diez años extra en el purgatorio – a menos que te acuerdes de decirle a tus seres queridos que sigan pagando la indulgencia al tipo.