Cuatro cárteles mexicanos de la droga son los principales compradores y traficantes de cocaína colombiana, según un funcionario

Por Luis Jaime Acosta

BOGOTÁ (Reuters) – Los cárteles mexicanos de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Zetas y Beltrán Leyva de México son los principales compradores y traficantes de cocaína producida por grupos criminales en Colombia, incluyendo a los actuales y antiguos rebeldes de izquierda, según un alto funcionario de seguridad colombiano.

El país situado en el extremo norte de Sudamérica es uno de los principales productores de cocaína del mundo, consumida en gran parte por clientes de Estados Unidos y Europa.

La producción proporciona ingresos clave a los grupos armados y alimenta el conflicto interno de Colombia, que dura cinco décadas y ha causado la muerte de más de 260.000 personas.

El grupo rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN), los ex miembros de la guerrilla de las FARC que rechazan un acuerdo de paz de 2016 y las bandas criminales formadas por ex paramilitares de derecha están involucrados en el tráfico.

«Los mexicanos son los principales compradores de la oferta de coca que se produce en Colombia», dijo el miércoles a Reuters Rafael Guarín, asesor presidencial para la seguridad, refiriéndose al ingrediente base de la cocaína. «Fundamentalmente, los mexicanos se encargan de la compra, el tráfico y la venta en Estados Unidos»

Los cárteles colocan «emisarios y negociadores y también personas que verifican la calidad de los narcóticos», dijo Guarín, y agregó que la droga se mueve a través de Venezuela, vía el Pacífico o el norte de Ecuador para llegar a Estados Unidos.

Los emisarios a veces financian la siembra de coca, agregó.

El Cártel de Sinaloa es el más activo, dijo Guarín, y tiene alianzas con el ELN, ex miembros de las FARC y la banda criminal Clan del Golfo.

Los Zetas tienen conexiones con la banda criminal Los Pelusos, que controla el tráfico a lo largo de la frontera de Colombia con Venezuela, mientras que Jalisco Nueva Generación compra a un grupo de Buenaventura en el Pacífico.

El cártel de los Beltrán Leyva trabaja con una banda en la provincia suroccidental de Putumayo que también tiene conexiones con el cártel de Sinaloa.

Colombia tenía unas 154.000 hectáreas (380.000 acres) de coca el año pasado, según las Naciones Unidas.

Se enfrenta a la implacable presión de Estados Unidos para que reduzca la producción, y el presidente Iván Duque se ha comprometido a erradicar unas 130.000 hectáreas este año.

«Es una relación muy pragmática para los cárteles, que compran a quien quiera vender», dijo Guarín.

(Reportaje de Julia Symmes Cobb; edición de Tom Brown)

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