Datos y cifras del reciclaje de textiles y prendas de vestir

El reciclaje de textiles y prendas de vestir es una actividad potencialmente beneficiosa desde el punto de vista medioambiental, social y económico, en contraposición al vertido o al uso energético. A medida que las ciudades desvían cada vez más otros flujos de residuos de gran volumen, como los orgánicos, el reciclaje de ropa vieja ha sido calificado como la siguiente frontera para las ciudades que buscan reducir los residuos sólidos.

El principal beneficio de las actividades de reciclaje textil es la oportunidad de reutilizar la ropa. Gracias a la reutilización de la ropa y los textiles, podemos evitar la contaminación y la producción de ropa nueva, que consume mucha energía. Además, la ropa que no puede ser reutilizada puede ser reutilizada en productos como trapos o reciclada en tela u otro material para su reprocesamiento.

Sin embargo, hay algunas advertencias. Como advirtió Greenpeace en un comunicado de prensa de 2016, los «desafíos tecnológicos significan que el reciclaje completo de la ropa en nuevas fibras todavía está lejos de ser comercialmente viable» Incluso la recuperación y la venta de ropa usada ha sido un tema controvertido, especialmente para la exportación a las naciones en desarrollo.

Datos interesantes sobre el reciclaje de textiles y prendas de vestir

Más de 15 millones de toneladas de residuos textiles usados se generan cada año en los Estados Unidos, y la cantidad se ha duplicado en los últimos 20 años. En 2014, se generaron 16,2 millones de toneladas de residuos textiles, según la Agencia de Protección Ambiental. De esta cantidad, 2,62 millones de toneladas se reciclaron, 3,14 millones de toneladas se quemaron para la recuperación de energía y 10,46 millones de toneladas se enviaron al vertedero. Para 2019, el promedio nacional de la tasa de vertido de Residuos Sólidos Municipales (RSM) fue de 55,36 dólares/tonelada.La ropa sintética puede tardar entre 20 y 200 años en descomponerse.

Se considera que los consumidores son los principales responsables de tirar su ropa usada, ya que sólo se recicla el 15% de la ropa usada por los consumidores, mientras que más del 75% de la ropa pre-usada es reciclada por los fabricantes.

La persona media compra un 60% más de prendas de vestir cada año y las conserva aproximadamente la mitad de tiempo que hace 15 años, lo que genera una enorme cantidad de residuos.

La vida media total de una prenda de vestir es de 5,4 años.

El impacto medioambiental anual de la ropa de un hogar equivale al agua necesaria para llenar 1.000 bañeras y a las emisiones de carbono de conducir un coche moderno medio durante 6.000 millas. Si la vida media de la ropa se alargara sólo tres meses, se reduciría su huella de carbono y de agua, así como la generación de residuos, entre un 5% y un 10%.

El reciclaje de 2,62 millones de toneladas de ropa al año equivale a retirar 1,3 millones de coches de las calles de Estados Unidos.

Según la Asociación de Materiales Secundarios y Textiles Reciclados (SMART, por sus siglas en inglés), casi el 100% de toda la ropa usada y los textiles del hogar pueden reutilizarse o reciclarse: El 45% se reutiliza como ropa; el 30% se convierte en paños de limpieza industrial y el 20% se transforma en fibra para fabricar nuevos productos. El 95% de toda la ropa usada es reciclable, sólo el 5% es inutilizable debido al moho u otro tipo de contaminación.

Todos estos datos indican que la industria del reciclaje textil en Estados Unidos tiene un gran potencial de expansión, dado que el 84,8% de los textiles usados fueron a parar a los vertederos nacionales y el 15,2% fueron reciclados en 2017. Los próximos pasos implican un aumento de las iniciativas para promover el reciclaje, así como la armonización de los esfuerzos de recogida.

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