La mayoría de las personas experimentan a veces sentimientos de ansiedad o depresión. El duelo, la pérdida del trabajo, el divorcio, la enfermedad y otros factores de estrés pueden provocar sentimientos de tristeza, preocupación, frustración y soledad. Estas son reacciones normales ante situaciones difíciles de la vida.
Algunas personas experimentan estos sentimientos a diario, sin un factor estresante conocido. Esto puede interferir con la capacidad de llevar a cabo las actividades cotidianas, como llegar al trabajo a tiempo, el cuidado personal adecuado o el cuidado de los niños. En este caso, las personas pueden estar sufriendo depresión, ansiedad o una combinación de ambas.
La depresión y la ansiedad pueden coincidir. Los estudios demuestran que entre el 10% y el 20% de los adultos en cualquier período de 12 meses visitará a su médico de atención primaria durante un episodio de trastorno depresivo o de ansiedad, y que casi el 50% de ellos sufrirá un trastorno depresivo o de ansiedad secundario comórbido.
La presencia de trastornos depresivos y de ansiedad concurrentes se asocia con una mayor cronicidad, una recuperación más lenta, mayores tasas de recurrencia y discapacidad psicosocial.
Siempre es útil saber a qué síntomas hay que prestar atención y cuáles son los tratamientos más eficaces.
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Síntomas del trastorno depresivo mayor
La característica esencial del trastorno depresivo mayor es un período de dos semanas durante el cual hay un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día casi todos los días o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. Otros posibles síntomas son:
- Pérdida significativa de peso cuando no se hace dieta o aumento de peso y cambios en el apetito
- Insomnio o hipersomnia casi todos los días
- Agitación o retraso psicomotor casi todos los días
- Fatiga o pérdida de energía casi todos los días
- Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva
- Alteración de la capacidad de pensar o concentrarse, y/o indecisión
- Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un plan, o un intento de suicidio o un plan de suicidio
Los síntomas del trastorno depresivo mayor causan un malestar significativo o un deterioro en el funcionamiento social, laboral o de otro tipo.
Síntomas del trastorno de ansiedad generalizada
La característica esencial del trastorno de ansiedad generalizada es la excesiva ansiedad y preocupación por una serie de acontecimientos o actividades. La intensidad de la preocupación es desproporcionada con respecto a la probabilidad del acontecimiento previsto. La preocupación o ansiedad excesiva se produce más días que los que no se producen durante un período de al menos seis meses.
La ansiedad y la preocupación están asociadas con al menos tres (o más) de los siguientes síntomas, con al menos algunos síntomas presentes más a menudo que no durante el período de seis meses:
- Inquietud o sensación de estar nervioso o al límite
- Fácilmente fatigado
- Dificultad de concentración o mente en blanco
- Irritabilidad
- Tensión muscular
- Alteración del sueño
Para cumplir los criterios del trastorno de ansiedad generalizada, la ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan un malestar significativo en el ámbito social, laboral o en otras áreas de funcionamiento.
Hay varias características que separan el trastorno de ansiedad generalizada de la ansiedad no patológica.
- Los temores son excesivos y típicamente interfieren con el funcionamiento psicosocial
- Los temores son más penetrantes, pronunciados y angustiosos
- Los temores tienen una duración más larga
- Los temores son más propensos a ir acompañados de síntomas físicos (inquietud, nerviosismo)
Las personas con trastorno de ansiedad generalizada son propensas a experimentar síntomas somáticos (sudoración, náuseas, diarrea), tensión muscular y una respuesta de sobresalto exagerada.
Tratamiento de la ansiedad y la depresión
Un plan de tratamiento para la ansiedad y la depresión concurrentes debe diseñarse para ayudar a la persona a manejar y reducir los síntomas de ambos trastornos al mismo tiempo.
Hay varias formas de psicoterapia ampliamente disponibles y eficaces tanto para la ansiedad como para la depresión.
- Terapia cognitiva conductual (TCC): Esta terapia de corta duración trabaja para sustituir los patrones de pensamiento negativos e improductivos por otros más realistas y útiles. Este tratamiento se centra en tomar medidas específicas para controlar y reducir los síntomas.
- Terapia de «conversación» interpersonal: Esta terapia centrada en el apego se centra en la resolución de problemas interpersonales y en la recuperación sintomática.
- Terapia de resolución de problemas: Este tratamiento ayuda a las personas a aprender herramientas para manejar eficazmente los efectos negativos de los acontecimientos vitales estresantes.
Tanto los trastornos de ansiedad como los depresivos responden al tratamiento con medicamentos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) e inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN).
Por lo general, se recomienda un tratamiento combinado a largo plazo (psicoterapia y gestión de la medicación) para las personas con ansiedad y depresión concurrentes.