El cobre, el latón y el bronce, a veces denominados «metales rojos», pueden ser difíciles de distinguir. Con un color similar y a menudo comercializados en las mismas categorías, la diferencia entre estos metales puede sorprenderle. Consulte nuestra tabla comparativa a continuación para hacerse una idea:

Cobre

El cobre es un elemento natural. Según los hallazgos arqueológicos, este metal autóctono se utilizaba en la prehistoria para herramientas, armas y decoración. El cobre es extremadamente maleable, por lo que habría sido fácil de trabajar, incluso con herramientas primitivas.

El cobre es altamente conductor tanto del calor como de la electricidad. Por eso se utiliza habitualmente para el cableado. La galvanoplastia de cobre se utiliza a menudo para la tecnología RFI (interferencia de radiofrecuencia) y EMI (interferencia electromagnética), debido a sus altas propiedades conductoras. El cobre también tiene un alto nivel de propiedades antibacterianas, por lo que es un acabado metálico muy popular para los equipos médicos y de laboratorio.

El latón

Es una aleación de cobre y zinc. La variación de los niveles de zinc puede crear una amplia variación en las propiedades y el color del latón. Cuanto mayor sea el nivel de zinc, más fuerte y dúctil será el latón. El zinc es muy resistente a la corrosión, por lo que aumenta el nivel de resistencia del latón al agua. El cincado es también un método popular para la protección contra la corrosión.

Bronce

El bronce es una aleación de cobre y otros materiales, más comúnmente estaño. El bronce al estaño (o ‘bronce al fósforo’) es una aleación popular por su fuerza y resistencia a la fatiga. Sin embargo, el arsénico, el fósforo, el aluminio, el manganeso y el silicio pueden utilizarse para producir una aleación de bronce.

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