A nivel mundial, el tiempo dedicado a las redes sociales superó al dedicado al correo electrónico en noviembre de 2007, y el número de usuarios de redes sociales superó al de usuarios de correo electrónico en julio de 2009. Hoy en día, los sitios de redes sociales son las plataformas preferidas para todo tipo de actividades, tanto empresariales como personales, y la sociabilidad ha aumentado drásticamente, pero es un tipo de sociabilidad diferente. La mayoría de los usuarios de Facebook visitan el sitio a diario, y se conectan en múltiples dimensiones, pero sólo en las que ellos eligen. La vida virtual se está volviendo más social que la vida física, pero es menos una realidad virtual que una virtualidad real, que facilita el trabajo de la vida real y la vida urbana.

Debido a que la gente se siente cada vez más a gusto en la multidimensionalidad de la Web, los comerciantes, el gobierno y la sociedad civil están migrando masivamente a las redes que la gente construye por sí misma y para sí misma. En el fondo, los empresarios de las redes sociales están vendiendo espacios en los que la gente puede construir su vida de forma libre y autónoma. Los sitios que intentan impedir la libre comunicación son pronto abandonados por muchos usuarios en favor de espacios más amigables y menos restringidos.

Quizás la expresión más reveladora de esta nueva libertad es la transformación de las prácticas sociopolíticas en Internet. Los mensajes ya no fluyen únicamente de unos pocos a unos muchos, con poca interactividad. Ahora, los mensajes también fluyen de muchos a muchos, de forma multimodal e interactiva. Al desintermediar el control gubernamental y corporativo de la comunicación, las redes de comunicación horizontales han creado un nuevo panorama de cambio social y político.

Los movimientos sociales en red han sido especialmente activos desde 2010, sobre todo en las revoluciones árabes contra las dictaduras y las protestas contra la gestión de la crisis financiera. La comunicación en línea, y en particular la inalámbrica, ha contribuido a que los movimientos sociales planteen un mayor desafío al poder del Estado.

Internet y la web constituyen la infraestructura tecnológica de la sociedad global en red, y la comprensión de su lógica es un campo de investigación clave. Sólo la investigación académica nos permitirá cortar los mitos que rodean a esta tecnología de comunicación digital que ya es una segunda piel para los jóvenes, y que sin embargo sigue alimentando los miedos y las fantasías de quienes siguen al mando de una sociedad que apenas entienden.

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Manuel Castells es profesor de la Cátedra Wallis Annenberg de Tecnología de la Comunicación y Sociedad en la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles. También es catedrático emérito de Sociología en la Universidad de California, Berkeley; director del Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC); director de la Cátedra de Sociedad en Red del Collège d’études mondiales de París, y director de investigación del Departamento de Sociología de la Universidad de Cambridge. Es académico numerario de la Real Academia Española de Ciencias Económicas y Financieras, miembro de la Academia Americana de Ciencias Políticas y Sociales, miembro de la Academia Británica y miembro de la Academia Europea. También fue miembro fundador del Consejo Europeo de Investigación y del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología de la Comisión Europea. Recibió la Medalla Erasmus en 2011, y el Premio Holberg 2012. Ha publicado 25 libros, entre ellos la trilogía La era de la información: economía, sociedad y cultura (Blackwell, 1996-2003), La galaxia de Internet (Oxford University Press, 2001), El poder de la comunicación (Oxford University Press, 2009) y Redes de indignación y esperanza (Polity Press, 2012).