El papel de la memoria en el aprendizaje: ¿Qué importancia tiene?

¿Cuál es el papel real de la memoria en el aprendizaje?

El cerebro humano me ha fascinado desde que era un niño. Comprender cómo se piensa, se recuerda y se actúa es extremadamente complejo. Como profesional del aprendizaje, me baso en la ciencia del cerebro para garantizar la eficacia de los programas que diseño. Esta serie de artículos aborda algunos de los conceptos más básicos de la memoria y el aprendizaje y su aplicación en el diseño del aprendizaje en la vida real. Empecemos por el principio…

La memoria es el proceso cognitivo superior (lógico o intelectual) que define la dimensión temporal de nuestra organización mental. Es nuestra capacidad para codificar, almacenar, retener y luego recordar información y experiencias pasadas.

La memoria tiene un papel fundamental en la vida, ya que refleja el pasado como pasado y ofrece la posibilidad de reutilizar todas las experiencias pasadas y presentes, además de ayudar a garantizar la continuidad entre lo que fue y lo que iba a ser.

La memoria es un proceso de reflexión activo, subjetivo e inteligente de nuestras experiencias anteriores.

La memoria está relacionada con el aprendizaje pero no debe confundirse con éste. Hay 3 procesos principales que intervienen en la memoria humana:

  • Codificación
    Transformación de la información en una forma que pueda almacenarse en la memoria.
  • Almacenamiento
    Mantenimiento de la información codificada en la memoria.
  • Recuperación
    Reconocimiento de la información del pasado que ha sido codificada y almacenada.

La codificación es el primer proceso que la memoria humana pone en funcionamiento. La eficacia del aprendizaje, en general, depende de la eficacia del proceso de codificación. Es un proceso activo y selectivo que depende de una serie de factores. Hay 3 tipos de factores que pueden influir en la eficiencia de la codificación:

  1. Factores de contenido
    Relacionados con el tipo de material a codificar.
  2. Factores ambientales
    Relacionados con las condiciones en las que tiene lugar la codificación.
  3. Factores subjetivos
    Relacionados con las variables en vigor cuando tiene lugar la codificación.

Los factores de contenido son:

  • El volumen del material (cuanto mayor sea el volumen, más difícil será la codificación).
  • El grado de organización del material (cuanto mejor organizado, más fácil es la codificación).
  • El grado de familiaridad.
  • El lugar que ocupa la información en la estructura del contenido; es decir, al principio, en medio o al final del material (la información colocada al principio y al final tiende a almacenarse más fácilmente que la colocada en medio).
  • La naturaleza del material.

Los factores ambientales, aunque no siempre se consideran importantes, son significativos para el proceso de memorización. La temperatura, la humedad, el ruido, el afecto, el clima socio-emocional, etc., son sólo algunos factores ambientales. En función de estas particularidades, el proceso de codificación puede verse estimulado o inhibido.

Los factores subjetivos pueden incluir elementos como el estado de reposo o fatiga, la salud o la enfermedad del alumno. La motivación, los intereses y la disposición son fundamentales para el proceso de codificación, razón por la cual, como diseñadores instruccionales, pasamos mucho tiempo definiendo «¿Qué hay para mí?» para todos los programas de capacitación.

El almacenamiento es el segundo proceso que permite conservar la información codificada. Al igual que la codificación, el almacenamiento es un proceso activo y selectivo. Mientras la información se almacena, se transforma permanentemente, se reorganiza y se incluye en nuevos enlaces, aunque el sujeto no sea plenamente consciente del proceso. El almacenamiento de la información implica aspectos cuantitativos (la duración de la retención) y cualitativos (la fidelidad de la retención).

En función de la duración de la retención, existen 2 niveles de memoria:

  • Memoria a corto plazo (STM)
  • Memoria a largo plazo (LTM)

Ambos actúan como filtros que protegen a nuestro cerebro de la increíble cantidad de información que encontramos a diario. Cuanto más se repita o utilice la información, más probabilidades tendrá de ser retenida en la memoria a largo plazo (por eso, por ejemplo, el refuerzo de los conceptos aprendidos es importante a la hora de diseñar un programa de aprendizaje). Este es el proceso de consolidación, la estabilización de un rastro de memoria tras su adquisición inicial.

La recuperación es el proceso de acceso a la información almacenada. Esto ocurre mediante el reconocimiento o el recuerdo. El reconocimiento es la asociación de un hecho u objeto que se ha experimentado o encontrado previamente e implica un proceso de comparación de la información con la memoria, por ejemplo, reconocer una cara conocida, preguntas de verdadero/falso o de elección múltiple. El recuerdo implica recordar un hecho, acontecimiento u objeto, y requiere descubrir directamente la información de la memoria, por ejemplo, recordar el nombre de una persona reconocida, preguntas de rellenar el espacio en blanco. El reconocimiento es más sencillo porque sólo requiere un proceso: una simple decisión de familiaridad. El recuerdo completo requiere un proceso de dos pasos: en primer lugar, la búsqueda y recuperación de varios elementos de la memoria y, en segundo lugar, la elección de la información correcta entre los múltiples elementos recuperados.

La teoría de la especificidad de la codificación desarrollada por Endel Tulving añade otro componente al proceso de recuerdo. Esta teoría explica que el recuerdo utiliza información tanto del rastro de memoria como del entorno en el que se recupera. Básicamente, el recuerdo es mejor cuando los entornos de codificación y recuperación son similares.

La memoria y el olvido van de la mano. Hay bastante literatura sobre la curva del olvido, pero para simplificar aquí, es útil tener en cuenta que el olvido tiene diferentes causas y diferentes ritmos a diferentes edades y que la forma más eficaz de combatir el olvido es la repetición. Para ser realmente eficaz, la repetición debe considerarse a la luz de los siguientes criterios:

  • Conseguir una cantidad óptima de repetición.
    Aunque no sea intuitivo, el olvido está asociado tanto a la infra-repetición como a la sobre-repetición.
  • Espaciar la repetición.
    El número y la duración de las pausas dependen del volumen y la complejidad del material.
  • Utilizar «fórmulas» de repetición adecuadas.
    Es preferible la lógica a la repetición mecánica, así como la repetición activa frente a la pasiva.

La memoria es esencial para el aprendizaje, pero también depende de éste porque la información almacenada en la memoria crea la base para vincular nuevos conocimientos por asociación. Es una relación simbiótica que sigue evolucionando a lo largo de nuestra vida. El próximo artículo de esta serie analizará cómo aplicar estos conceptos al diseño del aprendizaje. Porque, en realidad, todos estamos tratando de idear estrategias para ser más como los elefantes …

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