El regaliz se utiliza comúnmente en los tés de hierbas para promover la salud digestiva, respiratoria y de las glándulas suprarrenales. Los tés que dicen favorecer el bienestar bronquial o los tés destinados a la limpieza y la desintoxicación suelen contener una forma de regaliz.

El regaliz se ha utilizado para tratar los síntomas del eczema, la psoriasis, el síndrome del intestino irritable, el colesterol alto y otras afecciones. Sin embargo, no ha sido aprobado por la FDA como producto medicinal, y puede producir efectos secundarios no deseados.

Aunque los efectos secundarios del regaliz a corto plazo son síntomas como la fatiga y el dolor de cabeza, los efectos secundarios a largo plazo pueden ser mucho más graves, como la hipertensión arterial, las hemorragias nasales, la ansiedad o la falta de aliento.

«Cantidades excesivas de algunos productos a base de hierbas pueden tener efectos secundarios perjudiciales», dijo el Dr. Jean-Pierre Falet de la Universidad McGill. «Los productos que contienen extracto de raíz de regaliz pueden elevar la presión arterial, provocar retención de líquidos y disminuir los niveles de potasio si se consumen en exceso».

En un caso reciente, un hombre canadiense de 84 años acudió a urgencias por hipertensión arterial, que se descubrió que estaba causada por el consumo de un té casero hecho con raíz de regaliz.

Además de una presión arterial muy elevada, sufría dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, dolor en el pecho, fatiga y retención de líquidos en las pantorrillas. El paciente, que tenía antecedentes de hipertensión arterial, informó de que había estado bebiendo diariamente uno o dos vasos de extracto casero de raíz de regaliz llamado «erk sous» durante dos semanas.

El té de regaliz es una infusión muy popular en Oriente Medio y partes de Europa, y el erk sous se consume ampliamente en Egipto durante el Ramadán.

«Dada la población multicultural de Canadá, los médicos deberían considerar la posibilidad de detectar la ingesta de raíz de regaliz en pacientes con hipertensión de difícil control», dijo el doctor Falet.

El estudio se publica en la revista Canadian Medical Association Journal.