La electroeyaculación es un procedimiento utilizado para obtener muestras de semen de mamíferos machos sexualmente maduros. El procedimiento se utiliza para programas de cría y fines de investigación en varias especies, así como en el tratamiento de la disfunción eyaculatoria en machos humanos. Este procedimiento se utiliza con frecuencia con grandes mamíferos, especialmente toros y algunos animales domésticos, así como con seres humanos que presentan ciertos tipos de aneyaculación. La electroeyaculación también se ha utilizado para la crioconservación de los recursos genéticos animales, donde se recogería el semen y se almacenaría a bajas temperaturas con la intención de conservar el material genético y su futura reanimación.

En la práctica de la medicina veterinaria y la zootecnia, es habitual recoger el semen de los rumiantes domésticos mediante la electroeyaculación sin sedación ni anestesia. Sólo en las cabras se utiliza a veces una sedación suave. Debido a las importantes contracciones del músculo esquelético que provoca, la electroeyaculación no se utiliza en los sementales, salvo en raras ocasiones, bajo anestesia general.

En los seres humanos, la electroeyaculación suele realizarse bajo anestesia general. Se introduce una sonda eléctrica en el recto adyacente a la glándula prostática. La sonda suministra un voltaje de CA, normalmente de 12 a 24 voltios de onda sinusoidal a una frecuencia de 60 Hz, con una corriente limitada normalmente a 500 mA, aunque algunos dispositivos pueden generar corrientes de hasta 1 A. La sonda se activa durante 1-2 segundos, lo que se denomina un ciclo de estímulo. La eyaculación suele producirse tras 2-3 ciclos de estímulo. Hay que tener cuidado cuando se utilizan corrientes superiores a 500 mA, ya que pueden producirse quemaduras en los tejidos debido al calentamiento de la sonda. El voltaje de estímulo estimula los nervios cercanos, lo que provoca la contracción de los músculos pélvicos y la eyaculación.