¿Está bien engañar? Un terapeuta sexual lo explica

Todas y cada una de las razones anteriores son perfectamente buenas para tener una relación no monógama. Sin embargo, no hay excusa para hacerlo en secreto. Si dos personas se aman de verdad, y son psicológicamente capaces de tener una discusión honesta y abierta sobre sus deseos sexuales, ése es el enfoque que deben adoptar.

Considere el caso de Sam y Mary. En 2005, Mary quedó paralizada del cuello para abajo en un accidente de buceo. Después, ella fue incapaz de desempeñarse sexualmente. Además, perdió todo el interés por el sexo. Para Sam, esto era un problema. Como se querían mucho y no tenían interés en terminar su matrimonio, pudieron acordar mutuamente ciertos límites sexuales. Por ejemplo, Sam podía ver porno y masturbarse con él, y si realmente sentía la necesidad de tener contacto sexual físico, podía contratar a un acompañante. No tenía que contarle a Mary su consumo de porno o de acompañantes, pero sí tenía que ser sincero después si ella le preguntaba dónde había estado o qué había hecho. Doce años después, siguen felizmente casados.

Lo que quiero decir aquí es que la monogamia y las visiones tradicionales del matrimonio y la fidelidad no son absolutas en el mundo actual. Muchas parejas se dedican felizmente a todo tipo de actividades sexuales con el conocimiento y el consentimiento de su pareja principal. A veces estas relaciones son abiertas desde el principio; otras veces la vida crea circunstancias en las que el sexo fuera de una relación previamente monógama tiene sentido.

Mientras no se guarden secretos y no se digan mentiras, tal comportamiento no se califica como engaño. Por lo tanto, como se ha dicho anteriormente, creo que nunca hay una buena razón para traicionar a la pareja mediante la infidelidad.

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