Klonopin (clonazepam) pertenece a una clase de medicamentos llamados benzodiazepinas, que ralentizan los mensajes nerviosos en el sistema nervioso central (SNC). Su mecanismo de acción no se conoce bien, pero se cree que Klonopin tiene la capacidad de potenciar la actividad del principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central, ralentizándolo.

El uso principal de Klonopin es para las convulsiones y los ataques de pánico, pero a veces se utiliza para tratar los temblores y ocasionalmente se emplea para controlar el dolor o la espasticidad en enfermedades como la esclerosis múltiple (EM) cuando otros medicamentos no funcionan.

Algunos de los posibles efectos secundarios de Klonopin son somnolencia, problemas de marcha y coordinación, mareos, depresión, fatiga y problemas de memoria.

Klonopin tiene una advertencia de recuadro negro (información que aparece en la etiqueta de un medicamento de prescripción y que está diseñada para llamar la atención sobre los riesgos graves o potencialmente mortales) relativa al uso concomitante de clonazepam con opioides, que puede provocar una sedación profunda, dificultades respiratorias, coma y muerte.

Klonopin también está disponible como medicamento genérico.

El dolor puede tener un gran impacto en la calidad de vida de las personas con EM. Una combinación de actitudes positivas (hacer ejercicio y mantenerse activo, masajes, tratamientos quiroprácticos, hidroterapia, acupuntura) y medicamentos puede reducir el efecto que la EM tiene en la calidad de vida de quienes padecen la enfermedad.

Los analgésicos habituales no suelen ser suficientes para aliviar el dolor provocado por las lesiones nerviosas en el sistema nervioso central, por lo que los medicamentos que tratan las convulsiones (fenitoína, gabapentina, carbamazepina) junto con los antidepresivos (amitriptilina, nortriptilina) y algunas benzodiacepinas (clonazepam) suelen ser las primeras opciones para el tratamiento del dolor entre los médicos.

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