La Asociación Glendon

Acerca de la diferenciación

¿Qué es la diferenciación?

La diferenciación se refiere a la lucha que todas las personas enfrentan al esforzarse por desarrollar un sentido de sí mismas como individuos autónomos. La cuestión más fundamental a tener en cuenta es: ¿vivimos basándonos en la búsqueda de lo que realmente nos ilumina, nos importa y da sentido a nuestras vidas, o vivimos basándonos en las prescripciones que adquirimos en el proceso de crecimiento? ¿Vivimos según nuestros propios valores y principios éticos, o vivimos automáticamente según los valores y normas de otras personas o de la sociedad en la que vivimos?

Nuestra identidad se ve continuamente afectada por las experiencias interpersonales que son favorables o perjudiciales para el desarrollo de nuestra personalidad. Para que podamos vivir nuestra propia vida y cumplir con nuestro destino, debemos diferenciarnos de las influencias familiares y sociales destructivas. En la medida en que podamos desarrollar y mantener aspectos significativos de nuestra identidad única, podremos vivir vidas verdaderamente individualistas y creativas.

Además, cuando estamos más diferenciados, somos más capaces de formar y mantener una relación íntima amorosa. Según Murray Bowen, fundador de la teoría de los sistemas familiares, cuanto más diferenciada está una persona, más puede ser «un individuo mientras está en contacto emocional» con otra persona o con el grupo. Por el contrario, cuanto menos diferenciados estemos de las influencias destructivas, tanto externas como internas, menos capaces seremos de relacionarnos estrechamente con otra persona, nuestra pareja o nuestros hijos.

¿Cómo nos separamos o diferenciamos de estas influencias destructivas?

El proceso de diferenciación abarca cuatro tareas. Una persona necesita: (1) romper con los procesos de pensamiento interiorizados, es decir, con las actitudes críticas y hostiles hacia uno mismo y hacia los demás; (2) alterar los rasgos negativos de la personalidad en uno mismo que representan una incorporación de los rasgos aversivos de los padres; (3) identificar y renunciar a los patrones de defensa formados como adaptación a los acontecimientos dolorosos de la propia infancia; y (4) desarrollar los propios valores, ideales y creencias en lugar de aceptar automáticamente las creencias de la propia cultura o de aquellos con los que uno creció. También es importante formular objetivos trascendentes, aquellos que van más allá de uno mismo y de la familia, y dar pasos hacia la consecución de objetivos que den sentido a la propia vida.

¿Cómo opera la sociedad como un obstáculo para la diferenciación?

Las defensas de los miembros individuales de una sociedad se combinan para producir actitudes culturales, costumbres e instituciones que, a su vez, actúan sobre cada persona a través de la presión social. Interfieren con el movimiento de las personas hacia la diferenciación y las privan de las experiencias vitales necesarias para buscar la libertad personal y realizar su verdadero potencial. La sociedad ejerce una poderosa influencia a través de demandas explícitas e implícitas de igualdad y uniformidad y mediante el fomento de la socialización «adecuada» de los niños en sus normas aceptadas, muchas de las cuales son perjudiciales para el bienestar emocional de los niños.
¿Cuáles son algunas de las características de una persona altamente diferenciada?

Murray Bowen describió a un individuo diferenciado como «una persona emocionalmente separada, con la capacidad de pensar, sentir y actuar por sí misma». En The Self Under Siege: Un modelo terapéutico para la diferenciación, describimos a los individuos altamente diferenciados como personas que han desarrollado un punto de vista personal único y una identidad realista separada de cualquier etiqueta o definición interiorizada desde la infancia. Estas personas poseen una armonía interior y un enfoque de la vida basado en la autoafirmación, y no están excesivamente preocupadas por el pasado o el futuro. En cambio, se centran en el aquí y el ahora, lo que les permite responder con el afecto adecuado a los aspectos positivos y negativos de la vida. Al estar en sintonía con sus emociones, conservan su vitalidad y su entusiasmo por vivir. Son capaces de mantener su identidad y ecuanimidad tanto en estrecha asociación con otra persona como en grupo.

En sus interacciones personales, las personas diferenciadas son abiertas y empáticas, y generalmente cálidas, respetuosas y amables, especialmente con las personas más cercanas. Su falta de exclusividad les permite extender sus sentimientos de afecto a personas más allá de su familia inmediata. Se preocupan por el sufrimiento de todas las personas y es probable que participen en los esfuerzos por ayudar a los demás. Aprecian la importancia de la sexualidad y consideran el sexo como una extensión natural del afecto físico. En sus relaciones, son capaces de mantener un sentimiento genuino de amor; es decir, valoran los objetivos de su pareja al margen de sus propias necesidades e intereses, y respetan la independencia y soberanía personal del otro.

¿Cómo se enfrenta la persona altamente diferenciada a las cuestiones existenciales?

En nuestro trabajo, hemos comprobado que cuanto más se diferencian las personas de las voces internalizadas y fortalecen su auténtico yo, más se hacen conscientes de la muerte, y más tienen que aprender a lidiar con estos dolorosos sentimientos. Expresar sentimientos profundos de tristeza y pena por las realidades existenciales parece tener un efecto mejorador en quienes se abren a esta experiencia emocional. Además, enfrentarse a los sentimientos de tristeza, ansiedad y pavor que rodean al dilema existencial ayuda a las personas a vivir sus prioridades y objetivos trascendentes, y a encontrar su propio sentido de la vida.

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