La historia

¡Es la víspera de Navidad en la casa de los Stahlbaum y el Sr. y la Sra. Stahlbaum están celebrando su Navidad anual! Las damas y los caballeros vestidos con sus mejores galas navideñas llegan a la fiesta y sus hijos se apresuran a unirse a los festejos navideños. Mientras los niños juegan, llega un extraño y misterioso hombre de larga barba y pelo blanco. Es Herr Drosselmeyer, excéntrico juguetero y padrino de Clara y Fritz. Los invitados están encantados con los maravillosos muñecos de reloj que ha traído Drosselmeyer, que bailan para el entretenimiento de todos.

Pronto llega el momento de que todos los niños reciban regalos, pero Clara ha sido olvidada. Sin el regalo de sus padres, su padrino salva la Navidad regalándole un hombrecito de madera con un uniforme rojo brillante: ¡un Cascanueces! Celoso del regalo que Clara ha recibido, su hermano Fritz se lo roba y lo parte en dos. Clara está angustiada, pero Drosselmeyer la consuela vendando su Cascanueces y prometiendo arreglarlo por la mañana.

Después de bailar y socializar, todos los invitados agradecen a sus generosos anfitriones y se van a casa. Los niños se acuestan y la casa queda en silencio. Pero Clara no podía dormir pensando en su pobre Cascanueces solo bajo el árbol de Navidad. Se cuela en el salón para encontrarlo. Cuando el reloj marca la medianoche, se duerme con su querido muñeco. Entonces Clara se da cuenta de que su salón está invadido por ratones. A medida que la rodean comienzan a suceder las cosas más extrañas, los ratones crecen y liderados por su Rey Rata luchan contra un ejército de soldados de juguete liderados por su propio Cascanueces.

Mientras las ratas rodean a su Cascanueces y el feroz Rey Rata se acerca, Clara lanza su zapatilla al Rey Rata. Éste se vuelve enfadado hacia Clara y, mientras se distrae, el Cascanueces da una última embestida con su espada al Rey Rata. El gran y terrible rey cae desplomado y su ejército derrotado se lo lleva a rastras. Gracias a Clara, el Cascanueces ha ganado la batalla y se ha transformado en un apuesto príncipe. Le pide a Clara que le acompañe en un viaje por el bello Reino de las Nieves hasta su hogar en el País de los Dulces.

Clara y el Príncipe Cascanueces llegan al País de los Dulces donde son recibidos por el Hada del Azúcar. El Príncipe cuenta la historia de la valentía de Clara y de cómo ella le salvó la vida. Clara es festejada por todos los habitantes del país con una hermosa corona y todos los dulces que pueda desear. Los ciudadanos del País de los Dulces bailan para entretenerla. Hay chocolate español, café árabe, té chino, pastel ruso, caramelos de cinta, madre jengibre y sus bombones, y gotas de rocío bailando el vals con flores.

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