Validación: El reconocimiento de los pensamientos, sentimientos, emociones y comportamientos de una persona como válidos y comprensibles.
La invalidación, por lo tanto, es el rechazo o la desestimación de los pensamientos, sentimientos, emociones y comportamientos de una persona como válidos y comprensibles.
La invalidación puede causar un daño o trastorno importante en la salud psicológica y el bienestar de una persona. Cuando una persona se siente invalidada, crea la creencia de que sus experiencias emocionales subjetivas no son razonables, son inaceptables o son insignificantes. Los efectos de la invalidación pueden afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, sexo o cultura, pero los niños son los más susceptibles al impacto negativo de la invalidación, ya que su conciencia y comprensión del mundo están todavía en desarrollo, al igual que su cerebro y su sistema nervioso. Es probable que el niño invalidado desarrolle sentimientos generalizados de inseguridad y que más adelante tenga dificultades para expresarse emocionalmente de forma saludable.
Tanto en los niños como en los adultos, la invalidación puede ser traumática. Pone en peligro el sentido de la existencia y la autoestima de la persona, provocando sentimientos de ira, vergüenza, culpa e inutilidad. Estos sentimientos pueden repercutir negativamente en el funcionamiento cotidiano de la persona, y pueden provocar trastornos psicológicos como la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP).
La invalidación puede provocar una herida existencial tan profunda que puede percibirse como una amenaza al derecho a existir. Esto puede dejar cicatrices y permanecer con una persona durante toda su vida si no se aborda y se cura a través de una psicoterapia adecuada, psicoeducación y herramientas eficaces para la autogestión y la autovalidación y, por supuesto, la validación relacional saludable.
Invalidación: Orígenes en la infancia y efectos adversos
Los sentimientos de invalidación o inutilidad suelen tener sus raíces en los primeros años de la persona, cuando, de niño, su cuidador ignoró, minimizó o incluso castigó las experiencias emocionales internas del niño. El significado que se le da a esa experiencia puede seguir al individuo hasta la edad adulta y afectar a su bienestar personal y a sus relaciones interpersonales y profesionales.
La invalidación suele provocar distanciamiento emocional, conflictos y trastornos en las relaciones, así como sentimientos de soledad, inutilidad, confusión e inferioridad en el individuo afectado.
La psicóloga Marsha M. Linehan, Ph.D, observó que crecer en un entorno en el que se invalidaban, castigaban o ignoraban las experiencias internas de la persona era una causa potencial en la aparición del Trastorno Límite de la Personalidad.
Un estudio realizado en 2007 sobre los trastornos alimentarios en las mujeres destacó el impacto de la invalidación de los padres en la capacidad de tolerar la angustia y su patología alimentaria.
La invalidación puede reducir la capacidad de una persona para gestionar sus propias emociones y comportamientos. Según un estudio publicado en el Journal of Child and Adolescent Psychopharmacology, se descubrió que la invalidación percibida por los compañeros y los miembros de la familia aumentaba la probabilidad de eventos suicidas o casos de automutilación en los adolescentes participantes.
Otro estudio, publicado en 2003, investigó la relación entre la invalidación emocional en la infancia y el malestar psicológico en la edad adulta. Los resultados del estudio destacaron que la invalidación emocional en la infancia, al igual que el maltrato psicológico o la minimización de las experiencias, se relacionaba con la «inhibición emocional crónica en la edad adulta», que a su vez predice de forma significativa el malestar psicológico, especialmente en forma de depresión y síntomas relacionados con la ansiedad.
La invalidación, tal y como se explora en los estudios anteriores, provoca un impacto negativo significativo en la salud y el bienestar psicológico, emocional y conductual del individuo. Por lo general, resulta en una desconexión del sentido de autoestima y aleja a los individuos de la realidad de que somos intrínsecamente válidos, en el sentido de que pertenecemos intrínsecamente al mundo que nos rodea.
Razones por las que la gente invalida
Desafortunadamente, a menudo las personas no son conscientes de que sus palabras o comportamientos son invalidantes. Los casos de invalidación pueden ser percibidos por el invalidador como un intento de ayudar a la persona a superar una emoción o experiencia difícil. Sin embargo, a veces las personas son conscientes de que sus palabras y comportamientos son invalidantes, y continúan hablando o comportándose de esa manera como medio de manipular o abusar de otra persona.
Otras razones por las que las personas invalidan los pensamientos, los sentimientos, las emociones o las experiencias de los demás incluyen la incapacidad de comprender o empatizar, o como resultado de los sentimientos de incomodidad en relación con la expresión emocional de otra persona que desencadena material no procesado en el invalidador.
Sanar de la invalidación, o validar el yo
La educación y la concienciación son también herramientas importantes para sanar las heridas de la invalidación. Como adultos, no siempre podemos confiar en que los demás validen nuestros sentimientos y experiencias, así que es importante que aprendamos a hacerlo por nosotros mismos. Esto es más fácil de decir que de hacer, pero la autovalidación es algo que puede aprenderse con la práctica y el esfuerzo consciente.
Por supuesto, no podemos controlar el comportamiento de los demás, pero podemos controlar cómo respondemos a ellos. En El león invisible, el autor y psicólogo Benjamin Fry escribe sobre el uso de los límites y la contención para promover y asegurar nuestro bienestar. Los límites, explica Fry, son escudos que sirven para disminuir el impacto de los estímulos externos en nuestro bienestar emocional y psicológico, mientras que la contención se refiere a cómo gestionamos nuestras respuestas o reacciones a esos estímulos. Una vez que nos damos cuenta de las señales de invalidación de otra persona mediante una educación adecuada, podemos aplicar los límites y la contención cuando lo consideremos oportuno, reduciendo nuestra vulnerabilidad a los desencadenantes.
En última instancia, hacer frente a la invalidación se reduce a desarrollar un sentido de autoestima, estima, confianza y asertividad. Estos rasgos pueden cultivarse a menudo en un entorno terapéutico. Para las personas afectadas o preocupadas por la posibilidad de verse afectadas por la invalidación, puede resultar útil recordar que las personas sanas e inteligentes suelen ser moralmente justas y conscientes del impacto que las palabras y las acciones pueden tener en el bienestar de una persona.
Si cree que su calidad de vida se ha visto afectada negativamente por la invalidación de otra persona, recuerde que existe ayuda y orientación compasiva y profesional, así como las habilidades y herramientas necesarias para superar esos sentimientos.
Ponte en contacto
Si tienes un cliente, o sabes de alguien que está luchando con sentimientos de invalidación, o igualmente no puede encontrar la ayuda adecuada para cualquier forma de problema de salud mental, por favor, sepa que estos son temas ampliamente abordados en Clínicas Khiron. Creemos que podemos mejorar los resultados terapéuticos y evitar los diagnósticos erróneos proporcionando un programa residencial eficaz y terapias ambulatorias que aborden los traumas psicológicos subyacentes. Permítanos ayudarle a encontrar el camino hacia una recuperación realista y duradera. Para obtener información, llámenos hoy mismo. REINO UNIDO: 020 3811 2575 (24 horas). EEUU: (866) 801 6184 (24 horas)
Fuentes
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