Mantener limpia el agua dulce de los Grandes Lagos es una tarea ardua | response.restoration.noaa.gov

El agua dulce es el factor de riesgo único más evidente para los Grandes Lagos y por una buena razón. Cada día se extraen aproximadamente 44.000 millones de galones de agua para uso industrial y doméstico. La primera cuestión que se plantea en cada vertido en los Grandes Lagos es la localización de la toma de agua dulce más cercana. El cierre de las tomas de agua dulce puede causar impactos económicos y políticos generalizados, que normalmente no se asocian con un derrame en el medio marino. Tomemos como ejemplo la floración de algas nocivas de 2014 que cerró las tomas de agua de Toledo, Ohio, para 500.000 residentes. Esa emergencia cerró los negocios locales y las universidades con un coste de millones para la ciudad y el estado. Esta es una preocupación muy real y única para los vertidos en los Grandes Lagos y otros entornos de agua dulce. La densidad del agua dulce puede hacer que los vertidos en los Grandes Lagos sean también más difíciles. El petróleo suele flotar porque es menos denso que el agua en la que flota. La densidad es la masa, o el peso, de una sustancia dividida por su volumen. La densidad del agua dulce suele ser de 1 gramo por centímetro cúbico (g/cc). El agua salada de los océanos es más densa (normalmente entre 1,02 y 1,03 g/cc) porque contiene más sal. Cuanto mayor sea la salinidad del agua, más densa será. Las densidades de los aceites suelen oscilar entre 0,85 g/cc para un aceite muy ligero, como la gasolina, y 1,04 g/cc para un aceite muy, muy pesado. La mayoría de los aceites tienen densidades entre 0,90 y 0,98 g/cc. Estos aceites flotan en agua dulce o salada. Sin embargo, los petróleos pesados, que tienen una densidad de 1,01 g/cc, flotan en el agua salada, pero se hunden en el agua dulce de los Grandes Lagos. El agua de los Grandes Lagos procede de miles de arroyos y ríos que cubren una cuenca de drenaje de aproximadamente 201.000 millas cuadradas. Esta agua sale de los Grandes Lagos tan lentamente a través del río San Lorenzo que esencialmente hace de los Grandes Lagos un sistema cerrado. El tiempo de retención -la cantidad de tiempo que tardan los lagos en descargar agua y contaminantes- oscila entre los 2,6 años del lago Erie y los 191 años del lago Superior. Dado que no más del uno por ciento del agua de los Grandes Lagos sale del sistema cada año, cualquier contaminante residual de un vertido de petróleo puede permanecer en los lagos durante un tiempo considerable. El teniente Greg Schweitzer es coordinador de apoyo científico de la NOAA en la región de los Grandes Lagos y el Medio Oeste con OR&R.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.