Mascota, cualquier animal mantenido por el ser humano como fuente de compañía y placer.

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Test de mascotas no convencionales

¿Tendrías una mascota con espinas? ¿Y una que pueda caber en tu mano, pero que asuste a los niños de la casa de al lado? Comprueba cuánto sabes sobre los animales poco convencionales que la gente tiene como mascotas en este test.

Si bien una mascota se tiene generalmente por el placer que puede dar a su dueño, a menudo, especialmente con los caballos, perros y gatos, así como con algunos otros animales, este placer parece ser mutuo. Así, la tenencia de animales de compañía puede describirse como una relación simbiótica, que beneficia tanto a los animales como a los seres humanos. Como la tenencia de animales de compañía se ha practicado desde la prehistoria hasta el presente y como los animales de compañía se encuentran en casi todas las culturas y sociedades, la tenencia de animales de compañía parece satisfacer una necesidad humana profunda y universal.

La historia de los animales de compañía está entrelazada con el proceso de domesticación de los animales, y es probable que el perro, como primera especie domesticada, fuera también la primera mascota. Quizás los primeros pasos hacia la domesticación se dieron en gran medida a través de la práctica humana generalizada de convertir en mascotas a los animales salvajes jóvenes capturados. Con el tiempo, se desarrolló una relación de trabajo entre los perros y sus captores humanos. El perro era más rápido, tenía mandíbulas más fuertes y era mejor para rastrear a las presas; por lo tanto, podía ser de gran utilidad en las tareas de caza y vigilancia. Por otro lado, los seres humanos aseguraban a los perros un suministro constante de comida, así como el calor del fuego. Existen pruebas indirectas de que el perro puede haber sido domesticado y mantenido como mascota desde el Paleolítico, como puede deducirse de las pinturas y tallas que los arqueólogos han encontrado en antiguos campamentos y tumbas. En Mesopotamia, se mostraban perros muy parecidos al mastín actual participando en una cacería de leones. Las mascotas domésticas se representaban a menudo en las escenas de la vida familiar en el antiguo Egipto; los perros de caza del tipo galgo o saluki acompañan a su amo a la caza, y los perros falderos se sientan con frecuencia bajo la silla de su amo o ama.

Después del perro, los caballos y los gatos son los animales más íntimamente asociados con los seres humanos. Sorprendentemente, estos dos grupos de animales fueron domesticados bastante tarde en la historia de la humanidad. No hay pruebas de que los caballos fueran domesticados en el Paleolítico o el Mesolítico, pero hacia el año 2000 a.C. los caballos utilizados en las batallas de carros eran un fenómeno establecido en todo Oriente Medio. Parece que montar a caballo a horcajadas fue una práctica desarrollada unos siglos más tarde (véase la equitación). El gato tampoco parece haber sido domesticado como animal de compañía hasta el periodo del Nuevo Reino (alrededor del siglo XVI a.C.) en Egipto. Esto es tanto más extraño cuanto que los antiguos egipcios habían domesticado muchos tipos de animales, como leones, hienas, monos, el ganso del Nilo y perros, desde el período del Reino Antiguo. Pero una vez que los gatos fueron finalmente domesticados, su popularidad fue enorme. Poco a poco, el gato se convirtió en uno de los animales más adorados universalmente.

Como se ha señalado, el principal vínculo que distingue la relación entre mascota y dueño es el afecto. Por muy útiles que sean muchos de estos animales, lo que diferencia a una mascota de otro ganado económicamente útil es el grado de contacto entre los animales y los seres humanos. A menudo, esta relación ha sido descaradamente sentimentalizada en el mito, el arte y la literatura. El afecto entre Alejandro Magno y su caballo favorito, Bucéfalo, se ha convertido en una leyenda, mientras que en la era moderna la popularidad de estrellas caninas del cine como Rin Tin Tin y Lassie es una prueba más de la importancia que se le da a la relación entre el dueño y la mascota.

Sin embargo, la relación entre el dueño y la mascota no sólo se basa en el compañerismo; desde el primer período de domesticación, los animales de compañía han cumplido con fines prácticos y económicos. La captura de otros animales para alimentar a sus amos es uno de los usos más fundamentales de los animales de compañía, y no sólo los perros han servido para ello, sino que también se han utilizado gatos, hienas y leones para la caza. El deporte aristocrático y bastante arcano de la cetrería aprovechaba el talento natural de los halcones para ayudar a cazar aves de caza. Los animales de compañía también se han utilizado como guardianes, ya sea de otro ganado, de la casa o del territorio de sus dueños, o de los propios dueños. Cualquier animal doméstico que tenga un sentido del olfato o del oído agudo y que haga un ruido fuerte cuando se le despierta puede utilizarse como guardián, aunque los perros son los ejemplos más conocidos. Se cree que el ganso del Nilo, una de las mascotas domésticas favoritas de los antiguos egipcios, pudo servir para este fin. El pastoreo y la vigilancia del ganado es otro uso práctico de los animales de compañía, en particular del perro. A lo largo de los siglos, se han desarrollado muchas razas de perros especializadas para este fin.

A menudo, los animales de compañía se han utilizado como fuente de alimento cuando otras fuentes escasean. Este ha sido el caso de los perros a lo largo de su historia de domesticación tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. Las cobayas, domesticadas como animales de compañía en el Nuevo Mundo, también aseguraron un suministro estable de alimentos.

Los animales de compañía también se han utilizado para eliminar plagas de animales. La habilidad de los gatos para atrapar ratas se celebra en cuentos de hadas como «El Gato con Botas» y «Dick Whittington», al igual que el talento para atrapar serpientes de la mangosta en «Rikki-tikki-tavi» de Rudyard Kipling.

Por último, los propios animales de compañía se han convertido en una industria que se autoperpetúa, criados con diversos fines, incluido su valor como animales de reproducción. Los animales de compañía criados con fines estéticos pueden tener carreras de exhibición completas. Otros animales de compañía pueden ser criados para carreras u otros deportes de competición, en torno a los cuales se han creado importantes industrias.

Los animales de compañía pueden clasificarse según el tipo de local o hábitat que suelen ocupar. Los perros, los gatos y los pájaros, como los canarios y los periquitos, se mantienen como mascotas domésticas. Otras aves, como los arrendajos, las urracas y los miembros de la familia de los cuervos, se mantienen en pajareras. Cuando se tienen como mascotas, los reptiles y anfibios suelen necesitar condiciones especiales de calor y humedad. Por ello, es mejor mantenerlos en recintos acristalados llamados vivarios. Las mascotas de vivario más comunes son las serpientes, los lagartos, las tortugas, las ranas y los sapos. Muchas personas tienen peces como mascotas de acuario. Los peces constituyen una sección completamente separada del mundo de las mascotas, y existe una industria internacional de captura, cría, transporte y suministro de ejemplares. Los animales de compañía en jaulas pueden mantenerse en el interior o en el exterior en condiciones protegidas. Entre estos animales están los conejos, cobayas, ratas, ratones, hámsters, jerbos y, recientemente, las chinchillas. Las mascotas de corral son las que deben estar estabuladas al aire libre e incluyen animales como caballos, ponis, burros y mulas. También se tienen varios tipos de insectos como mascotas. Entre ellos se encuentran los insectos bastón (mantenidos en simples recipientes a temperatura ambiente) y las hormigas (mantenidas en nidos artificiales).

De creciente preocupación es la venta de mascotas exóticas (por ejemplo, jaguares, caimanes, ocelotes, monos, simios, kinkajous, etc.). Rara vez los propietarios de estas mascotas son capaces de satisfacer las necesidades básicas de nutrición o de hábitat de estos animales; la mayoría de ellos mueren pronto o son enviados a un zoológico. Además, para obtener las crías, que se consideran más deseables como mascotas, se mata a muchos adultos de las especies silvestres, lo que agota gravemente las poblaciones ya amenazadas. Varios países han promulgado leyes para prohibir la importación de especies en peligro de extinción como mascotas, pero florece un activo mercado negro.