Modelos y métodos para determinar el número óptimo de camas en hospitales y regiones: una revisión sistemática de alcance

Determinar el número óptimo de camas hospitalarias es una tarea compleja que se realiza en diferentes niveles del sistema sanitario. Equilibrar los costes, la accesibilidad y la calidad sigue siendo un reto clave. En nuestra revisión no se ha identificado ninguna metodología específica como la más adecuada para determinar el número óptimo de camas de hospital. Como ha mostrado nuestra revisión, existe una gran variedad de modelos y métodos para este fin, y en ellos se han identificado varios factores que afectan al número de camas hospitalarias necesarias. El sistema sanitario tiene control sobre algunos de estos factores, como la eficacia y la calidad de los servicios hospitalarios y las alternativas a la atención hospitalaria, por ejemplo. Sin embargo, los factores externos al sistema sanitario, como los patrones de enfermedad y los cambios demográficos, son más difíciles de predecir y controlar. Los factores externos y los relacionados con la oferta y la demanda se presentan en el cuadro 7. Para una planificación óptima de la capacidad deben tenerse en cuenta varias dimensiones, como la accesibilidad de los datos necesarios y las formas más adecuadas de cuantificar los factores que afectan a las necesidades de camas . Y corresponde a los gestores y a los responsables políticos seleccionar el enfoque más adecuado en función de sus objetivos específicos, el calendario deseado, el nivel de planificación de la capacidad de camas (hospitalario o regional), el contexto nacional y la disponibilidad de datos exhaustivos .

Tabla 7 Factores que afectan al número de camas hospitalarias necesarias

Todos los modelos y métodos identificados en la presente revisión tienen en cuenta al menos uno de estos factores. Los datos demográficos, las tasas de ingreso, la duración de la estancia y las tasas de ocupación de las camas fueron los más identificados. El método basado en la proporción y el método de la fórmula son enfoques tradicionales para determinar las necesidades de camas en función de la demanda (tasas de admisión de pacientes) y la oferta (duración de la estancia) de la atención hospitalaria. Estos enfoques suelen ser los más adecuados para la planificación a nivel hospitalario. Sin embargo, tienen algunas limitaciones que reducen su aplicabilidad. Por ejemplo, los enfoques tradicionales suponen una oferta y una demanda estables y no tienen en cuenta una serie de factores como los cambios demográficos y la migración de los pacientes. Por ello, en la mayoría de los países se utilizan en combinación con otros métodos y modelos. El método de la fórmula, que tiene en cuenta las tasas de ocupación de camas previstas, se utiliza como base de muchos modelos.

La mayoría de los modelos están pensados para realizar estimaciones a medio o largo plazo a nivel regional. Sin embargo, algunos modelos, como el del Hospital Universitario de Lausana (CHUV), han sido diseñados para el nivel hospitalario. Los modelos a nivel de hospital suelen basarse en modelos a nivel regional. Por lo tanto, es posible que los gestores de los hospitales utilicen modelos pensados para el nivel macro, dependiendo de las condiciones únicas de sus hospitales.

En la mayoría de los modelos, se han examinado las tendencias de uso de la atención hospitalaria existentes y futuras. Éstas se han examinado de diversas formas dependiendo del horizonte temporal de interés. En algunos modelos, como el modelo Trends in Acute Care Bed Use, el modelo del Hospital Universitario de Lausana (CHUV) y el Capacity Model, las tendencias en el uso de la atención hospitalaria se examinan a través de la composición por edad y sexo de la población, la región de residencia (urbana o rural) y la especialidad clínica (o grupo relacionado con el diagnóstico). También se consideran las tendencias de los servicios quirúrgicos y no quirúrgicos, sobre la base de un horizonte temporal específico. Sin embargo, en algunos modelos, por ejemplo el modelo del Observatorio Suizo de la Salud (SHO) y el modelo de escenario básico, se supone que las tasas de ingreso son constantes. Esto tiene serias limitaciones dada la ocurrencia de cambios demográficos y epidemiológicos. Es importante señalar que el número de camas estimado por estos modelos es mayor que el número de camas estimado por los modelos que tienen en cuenta los cambios y las tendencias de la demanda.

En general, la población es el factor más importante a tener en cuenta para la planificación de la capacidad de camas hospitalarias. Además, la composición por edad y sexo, así como la distribución regional, deben considerarse junto con el tamaño de la población para obtener una representación exacta de la misma. Estos factores pueden afectar a la demanda de atención hospitalaria (tasas de ingreso) y a la oferta de servicios (duración media de la estancia). También deben tenerse en cuenta los flujos de pacientes, ya que éstos pueden utilizar los servicios hospitalarios en diferentes regiones. En la mayoría de los modelos se tienen en cuenta la composición de la población y los cambios demográficos, y se realizan proyecciones demográficas por grupos de edad, sexo y región de residencia para un determinado horizonte temporal . Sin embargo, si las proyecciones demográficas no son exactas o los patrones de utilización de los servicios hospitalarios varían con respecto a las tendencias previstas, los modelos no arrojarán resultados precisos . Además, el crecimiento y el envejecimiento de la población pueden afectar a la demanda de atención hospitalaria. Las personas mayores suelen ser los principales usuarios de la atención hospitalaria, lo que aumenta las tasas de ingreso y la duración media de la estancia. Sin embargo, los avances tecnológicos y la sanidad electrónica pueden reducir la duración media de la estancia en el futuro.

Además, la evidencia muestra que el mero uso de la demografía puede llevar a sobreestimar o subestimar el número de camas necesarias. Por lo tanto, además de los cambios demográficos, hay que tener en cuenta el impacto de los avances tecnológicos, las crisis periódicas, las enfermedades emergentes y la epidemiología. Los datos existentes sugieren que los avances tecnológicos y las nuevas intervenciones reducirán la necesidad de camas de hospital en el futuro y desplazarán la atención hacia los entornos ambulatorios o de consulta externa. Por lo tanto, deben tenerse en cuenta junto con los cambios demográficos y epidemiológicos para poder estimar con mayor precisión el número de camas de hospital necesarias. El impacto de los avances tecnológicos en el número de camas hospitalarias necesarias es difícil de cuantificar. Los avances en la tecnología médica y la reducción de la dependencia de la atención hospitalaria en el Reino Unido han disminuido la necesidad de atención hospitalaria y, por tanto, han reducido el número de camas de hospital. El desplazamiento de la atención a los pacientes de los hospitales a los entornos comunitarios ha provocado la mayor reducción del número de camas hospitalarias para los pacientes de salud mental y los pacientes con discapacidades de aprendizaje. El número de camas hospitalarias en Inglaterra en los servicios generales y de agudos se ha reducido en un 43%, principalmente debido a la drástica disminución de camas para el cuidado de larga duración de las personas mayores. Además, la innovación médica y el aumento de la cirugía de día han tenido un impacto significativo en este sentido. El número de camas de maternidad ha disminuido aproximadamente un 51% como consecuencia de los cambios en la duración de la estancia. Sin embargo, el número de camas de día se ha quintuplicado debido al aumento de la cirugía de día.

Las tasas de ingreso en especialidades como las enfermedades infecciosas o las lesiones muestran patrones únicos, y pueden no seguir los cambios demográficos o la composición de la población por edad y sexo. Por lo tanto, además de los cambios demográficos y tecnológicos, deben examinarse los cambios climáticos y estacionales. De hecho, se ha descrito la relación entre la salud y el medio ambiente, y factores como la temperatura del aire pueden contribuir al desarrollo y la propagación de diversas enfermedades . Los cambios climáticos y estacionales también deben tenerse en cuenta para mejorar la gestión de la capacidad de camas de los hospitales. Por lo tanto, los cambios demográficos son sólo una parte de la compleja ecuación que hay detrás de las estimaciones de camas . Además, las estimaciones de las necesidades de camas no deben depender de un único escenario. De hecho, puede ser aconsejable considerar múltiples escenarios basados en las predicciones de uno o varios factores clave. En el modelo del Observatorio Suizo de la Salud, por ejemplo, se elaboran nueve escenarios basados en los cambios demográficos, la duración de la estancia y las tasas de ingreso, y se calcula el número de camas necesario para cada escenario mediante el método de la fórmula. Este modelo predice que la duración de las estancias disminuirá en el futuro y examina esta tendencia en los distintos escenarios. Por tanto, es necesario evaluar las posibles consecuencias de una estimación errónea del número de camas hospitalarias. La duración media de la estancia es otro factor clave para determinar el número necesario de camas de hospital y para representar la utilización de los recursos y la eficiencia de las camas de hospital. La duración de la estancia se ve afectada por una serie de factores, como las características del paciente (edad, tipo de seguro), el estado de la admisión (electiva o de emergencia, día de la admisión), la temporada de admisión, y el tiempo para llevar a cabo los servicios de consulta y la prestación de servicios de laboratorio . Dados los avances tecnológicos, las políticas de mejora de la eficiencia, el paso de las cirugías en régimen de hospitalización a las ambulatorias y los sistemas de pago prospectivo, se espera que la duración media de las estancias disminuya en el futuro . Por lo tanto, no es razonable suponer que esto se mantendrá constante a la hora de calcular el número de camas necesarias. De hecho, la planificación del número óptimo de camas debe basarse en hipótesis más realistas sobre las tendencias de la duración media de la estancia y debe diferenciar entre distintos grupos clínicos (grupos relacionados con el diagnóstico) y grupos de edad de los pacientes. También es importante tener en cuenta el entorno hospitalario interno y las condiciones regionales. Por ejemplo, es poco probable que se reduzca la duración media de la estancia en los hospitales universitarios, debido a la complejidad de las enfermedades que tratan y los servicios que prestan.

Aunque la mayoría de los modelos de la revisión recomiendan que se suponga que la duración media de la estancia varía, las tasas de ocupación de camas suelen considerarse constantes. Las tasas de ocupación de camas deseables varían en función de la perspectiva y pueden disminuir con la reducción de las tasas de ingreso y de la duración media de la estancia (cuadro 7). Sin embargo, se supone que la tendencia se mantiene constante. Además, se suele considerar que la tasa de ocupación de camas deseable es del 80-85% de la capacidad total de camas en el caso de los grandes hospitales, y del 45% en el caso de los pequeños (debido a la falta de economías de escala) . Es importante señalar que algunos hospitales necesitan camas de desbordamiento, debido a las condiciones y características epidemiológicas de la región, en caso de emergencias (estas camas pueden estar sin personal en otros momentos) . La evidencia muestra que la ocupación de las camas se considera mayor en los hospitales y unidades con camas de desbordamiento, y los cambios en la demanda y las tasas de admisión la afectan más que la eficiencia del hospital . Los objetivos de ocupación de camas se fijan para controlar la oferta de camas hospitalarias y los costes, y para detectar carencias . Además de los objetivos de ocupación de camas, la planificación y gestión de la capacidad de camas debe tener en cuenta los estándares de rendimiento clínico y de servicios, como los tiempos medios de espera para las camas, de modo que los pacientes puedan ser colocados en las camas adecuadas en el momento adecuado. Así, los gestores y los responsables políticos deben determinar la capacidad de los hospitales en función de las medidas de rendimiento.

Además de los factores relacionados con la oferta y la demanda de servicios, deben tenerse en cuenta cuestiones externas como el acceso equitativo subregional, los flujos interregionales de pacientes, las políticas de financiación, la dotación de personal y la disponibilidad de normas. Estos factores se examinan en algunos modelos, como el de capacidad. Una de las cuestiones importantes que afectan al número de camas hospitalarias en una región es la toma de decisiones sobre la ampliación de los hospitales existentes o la construcción de nuevos hospitales pequeños. Se trata de una cuestión política y también es muy difícil para los responsables políticos elegir entre ellas. En esta situación, existe un desafío entre la eficiencia y la accesibilidad de los servicios hospitalarios. Así pues, los responsables políticos deben tener en cuenta todos los elementos externos, junto con los factores de la demanda y la oferta, para determinar el número necesario de camas hospitalarias a nivel hospitalario o regional. También es necesario desarrollar diferentes escenarios basados en estos factores, y utilizar una combinación de métodos y modelos para estimar las necesidades de camas . Sin embargo, la planificación de la capacidad hospitalaria no debe limitarse a estos componentes y debe tener en cuenta las variaciones en el número de camas. La evidencia sugiere que la oferta de camas hospitalarias aumenta la demanda de servicios hospitalarios (Ley de Roemer), y que esto se manifiesta en mayores tasas de ingreso, estancias más largas o una mezcla de ambas. Sin embargo, un aumento del número de camas en los centros de cuidados de larga duración reduce la duración media de la estancia en los hospitales de agudos y aumenta la tasa de altas de los hospitales de agudos a otros centros. Esta cuestión debe tenerse en cuenta para determinar el número óptimo de camas en los hospitales de agudos y de larga estancia dentro de una región.

Además de suministrar el número necesario de camas hospitalarias a corto y medio plazo, los gestores y los responsables políticos necesitan información sobre las estrategias más eficaces para reducir la necesidad de camas hospitalarias en el futuro. La forma más eficaz de hacerlo parece ser la promoción de la salud y la prevención de enfermedades y discapacidades. Sin embargo, para reducir las necesidades de camas a corto plazo, los sistemas sanitarios pueden utilizar una serie de intervenciones que buscan reducir los ingresos y facilitar el alta hospitalaria. Evitar los ingresos de urgencia mediante la creación de unidades de observación médica, evitar los ingresos no urgentes mediante la atención diurna y trasladar la atención hospitalaria a la atención ambulatoria son las estrategias más eficaces para reducir los ingresos en los hospitales . La planificación del alta del hospital al domicilio es otra estrategia eficaz para reducir la necesidad de camas hospitalarias, ya que disminuye la duración de la estancia y el nivel de reingresos imprevistos, al facilitar el alta de los pacientes y trasladar la atención de los hospitales a los domicilios . Por tanto, los gestores y los responsables políticos deberían preocuparse por garantizar un uso adecuado de las camas para las distintas especialidades antes de intentar aumentar el número de camas hospitalarias . Además, la atención integrada es otra estrategia para fortalecer los sistemas de salud y reducir la necesidad de atención hospitalaria al centrarse en las necesidades individuales, la colaboración y la coordinación entre las especialidades y entre los proveedores de atención médica . Hay tres niveles de integración que han demostrado ser eficaces para reducir la necesidad de camas hospitalarias: el nivel macro (prestación de atención integrada a toda una población), el nivel meso (prestación de atención integrada a un grupo asistencial concreto o a una población con la misma enfermedad o afección) y el nivel micro (coordinación de la atención a cuidadores y pacientes individuales). Las vías de atención integrada son herramientas desarrolladas por equipos multidisciplinares para la atención previa y posterior al ingreso. Varios estudios han demostrado que estas vías pueden reducir los ingresos no urgentes y la duración de las estancias y, en consecuencia, reducir la necesidad de camas hospitalarias.

Limitación

Además de la planificación de la capacidad de camas hospitalarias a nivel regional y hospitalario, debe determinarse la capacidad de camas hospitalarias por parte de las diferentes unidades de hospitalización para permitir una asignación óptima. Sin embargo, en nuestra revisión, este último (nivel operativo de la planificación de la capacidad) no se examinó por falta de tiempo. Esto exige un estudio de los métodos y modelos relacionados con el nivel operativo de la planificación de la capacidad hospitalaria y la distribución óptima de las camas entre las distintas unidades hospitalarias.

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