Pérdida de peso involuntaria y VIH

Las mejoras en la salud que acompañan al tratamiento con medicamentos contra el VIH incluyen mejoras en el peso corporal. Sin embargo, la pérdida de peso puede ser un problema muy grave para las personas con VIH, especialmente si tienen un recuento bajo de células CD4 o están enfermas a causa del virus. La pérdida involuntaria de sólo un 3% del peso corporal puede aumentar significativamente las posibilidades de enfermar a causa del VIH.

Un primer paso importante es identificar cualquier causa médica de la pérdida de peso. La pérdida de peso puede ser un importante signo de advertencia de la presencia de una infección u otra afección, y a menudo es perceptible antes de que se manifiesten otros síntomas más específicos. No es habitual que una persona con VIH pierda peso si no hay un problema médico subyacente, aunque la falta de apetito, la preocupación y la depresión pueden ser las causas.

Perder demasiado peso puede ser peligroso, ya que reduce la capacidad del organismo para combatir la infección y recuperarse. Es importante intentar minimizar la pérdida de peso no saludable durante la enfermedad y recuperar el peso en forma de masa muscular magra si se pierde durante una enfermedad. Los cambios de aspecto debidos a la pérdida de peso también pueden ser difíciles de sobrellevar.

Si le preocupan sus necesidades nutricionales, no puede enfrentarse a comer durante este periodo o le resulta difícil retener la comida, hable con un miembro de su equipo sanitario o con un dietista. No le obligarán a comer. Más bien, trabajarán con usted para intentar ayudarle a recuperar el apetito, recomendarle comidas más pequeñas y nutritivas o buscar otras soluciones.

No piense que los problemas de alimentación o la pérdida de peso involuntaria son triviales. No lo son, y siempre es mejor acudir a alguien a tiempo para evitar problemas más adelante.

Comer cuando se está enfermo

Cuando se enferma se suele perder el apetito. Sin embargo, sus necesidades energéticas suelen ser mayores cuando está enfermo. Lo que coma será muy importante para combatir la enfermedad y para la rapidez de su recuperación.

  • Para prepararse para los momentos en que esté enfermo, asegúrese de tener siempre alimentos disponibles en su casa. Los alimentos enlatados, los productos de larga duración y las comidas congeladas pueden ser útiles cuando se sienta mal.
  • Si no puede permitirse el lujo de comer, busque ayuda y consejo en su ayuntamiento, en el centro de tratamiento del VIH o en una agencia de apoyo al VIH.
  • Picar a lo largo del día, o hacer pequeñas comidas frecuentes, puede ser más fácil que hacer tres comidas principales; también puede ser menos cansado preparar y comer los alimentos de esta manera.
  • Es una buena idea tener a mano tentempiés llenos de energía para cuando no se encuentre bien, como frutos secos, queso y galletas.
  • Las bebidas y el yogur enteros fáciles de tragar también pueden ser una fuente útil de energía y calorías.
  • Su clínica podrá proporcionarle complementos alimenticios que contengan un equilibrio de los nutrientes que necesita, lo que puede ayudarle a aumentar su consumo de energía si se encuentra muy mal.

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