Por qué no debemos dejar de dar aspirina a las mujeres embarazadas durante la pandemia de COVID-19

Durante la actual pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), han surgido varias preguntas relacionadas con el manejo de las mujeres embarazadas. El riesgo de COVID-19 para las mujeres embarazadas puede ser mucho menor que en la anterior epidemia de SARS. Las tasas de letalidad (CFR) en mujeres embarazadas durante las epidemias de SARS y MERS fueron del 15% y el 27%, respectivamente1, 2, mientras que COVID-19 parece tener una historia natural más leve2. Los datos disponibles sobre la COVID-19 son limitados; por lo tanto, los resultados maternos pueden estar subestimados en la actualidad.

Observaciones publicadas en pacientes no embarazadas han demostrado que los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, pueden causar la progresión de la enfermedad pulmonar. Esta relación se ha observado en infecciones pulmonares bacterianas. Los datos experimentales sugieren que los AINE alteran la función de los neutrófilos y retrasan la eliminación de las bacterias y la resolución de la inflamación3, 4. Los datos observacionales sugieren una asociación entre la exposición a los AINE y la aparición de complicaciones pleuropulmonares (empiema pleural, excavación y absceso). También se han hecho observaciones similares en un pequeño grupo de jóvenes que tomaban ibuprofeno para los síntomas de la COVID-193, 4. En consecuencia, las autoridades sanitarias francesas han emitido una advertencia sobre el uso de los AINE, incluida la aspirina. Esto ha iniciado un debate internacional entre los profesionales de la salud sobre el uso de los AINE, principalmente el ibuprofeno, en pacientes con COVID-195. El Ministerio de Sanidad español ha declarado que no hay pruebas de que el ibuprofeno (u otros AINE) pueda empeorar la infección por el SRAS-CoV-2. Sin embargo, declaró que el ibuprofeno podría enmascarar los síntomas de la infección, retrasando así el diagnóstico6. El Royal College of Obstetricians and Gynaecologists del Reino Unido recomienda el paracetamol para los síntomas del COVID-197.

Por lo tanto, hay motivos de preocupación respecto al bienestar de las mujeres embarazadas que toman aspirina para la profilaxis de la preeclampsia y la restricción del crecimiento fetal. El debate podría haber dado lugar a un malentendido tanto entre los profesionales de la salud como entre las mujeres embarazadas, lo que ha llevado a la retirada del tratamiento profiláctico con dosis bajas de aspirina. Actualmente, no hay datos disponibles sobre la asociación entre el riesgo de progresión de la COVID-19 y la ingesta de dosis bajas de aspirina.

La preeclampsia afecta al 2-8% de los embarazos en todo el mundo y es una de las principales causas de muerte materna y de mortalidad y morbilidad perinatal8. Actualmente, en todo el mundo, hay más de 350.536 casos activos de COVID-19 y esta cifra aumenta cada día9. Por otro lado, hay menos de 100 casos publicados de COVID-19 en mujeres embarazadas. Sobre la base de estas series de casos e informes, parece que la historia natural de la infección por SARS-CoV-2 entre las mujeres embarazadas no es diferente de la de las adultas no embarazadas. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de China afirma que sólo el 1% de los casos descritos en mujeres embarazadas han sido críticos y el 8% fueron graves10. En el momento de redactar el presente informe, no se había notificado ninguna muerte materna relacionada con la infección por el SRAS-CoV-2. Ninguno de los casos de COVID-19 en mujeres embarazadas de la serie de Schwartz fue grave11.

Se ha demostrado que la aspirina en dosis bajas es un régimen eficaz para la prevención de complicaciones placentarias durante el embarazo, incluyendo la preeclampsia y la restricción del crecimiento fetal. La ingesta de dosis bajas de aspirina durante el embarazo no se asocia con un mayor riesgo de defectos congénitos, hemorragias o cierre prematuro del conducto arterioso8. La dosis recomendada de 150 mg de aspirina al día para la prevención de la preeclampsia se basa en los resultados del ensayo ASPRE. En el ensayo, la preeclampsia prematura se produjo en el 1,6% de las mujeres del grupo de dosis bajas de aspirina, en comparación con el 4,3% del grupo de placebo (odds ratio, 0,38; IC del 95%, 0,20-0,74; P = 0,004)8.

La OMS ha publicado una declaración oficial en la que recomienda no evitar el uso de ibuprofeno basándose en los datos actuales disponibles12. Hasta donde sabemos, hay pocos datos que sugieran que existe una asociación entre el uso profiláctico de dosis bajas de ácido acetilsalicílico y un mayor riesgo de progresión de la infección por SARS-CoV-2.

En nuestra opinión, durante la pandemia de COVID-19, sigue siendo esencial realizar un cribado en el primer trimestre para detectar complicaciones placentarias y prescribir dosis bajas de aspirina en las mujeres que se identifiquen como de alto riesgo de preeclampsia y restricción del crecimiento fetal. Basándonos en el conocimiento actual de la situación epidemiológica, los beneficios de la prevención de las complicaciones placentarias superan los riesgos potenciales de resultados adversos relacionados con el uso de dosis bajas de aspirina en pacientes con infección por SARS-CoV-2.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.