Durante tres días de agosto del 79, la muerte llovió sobre las ciudades romanas que rodeaban el Monte Vesubio, ya que la épica erupción del volcán arrasó con todo a su paso.

La pequeña pero rica ciudad de Herculano, situada en el lado norte del volcán, tuvo más tiempo para entrar en pánico y ser evacuada que su vecina más famosa.

La erupción acabó cubriendo la ciudad con hasta 60 pies de ceniza y lodo, lo que hizo que las excavaciones del lugar fueran laboriosas y complicadas, pero mantuvo la antigua ciudad en un notable estado de conservación. Incluso la madera se conservó en Herculano.

Las ruinas de la ciudad fueron descubiertas por primera vez en 1738 por el español Roque Joaquín de Alcubierre, y las excavaciones y la investigación activa continúan hoy en día. Las ruinas son más conocidas por la extraordinaria belleza de algunos de los frescos y mosaicos conservados que decoran las bellas casas, así como por el hecho de que aquí se encontraron los primeros esqueletos romanos intactos descubiertos para su estudio.

En Herculano se han descubierto más de 300 conjuntos de restos humanos. La mayoría de los esqueletos descubiertos mostraban signos de trabajos forzados en algún momento de sus vidas. Los investigadores determinaron posteriormente que al menos el 80 por ciento de los esqueletos descubiertos habían sido esclavos en algún momento.

De especial interés es la Villa dei Papyri, que en su día albergó una enorme biblioteca y que recibió su nombre por el tesoro de manuscritos romanos descubiertos y salvados de las ruinas entre 1752 y 1754. Los papiros de Herculano se conservan ahora en la Biblioteca Nacional de Nápoles, la Academia Nacional Francesa de París, la Biblioteca Bodleiana de Oxford y la Biblioteca Británica de Londres. La Villa Getty de Los Ángeles está inspirada en la Villa dei Papyri.

Hoy en día, el yacimiento arqueológico se encuentra escondido -y parcialmente bajo- la moderna ciudad de Herculano.