Las Provincias Unidas del Río de la Plata se establecieron a través de un largo proceso que se inició en mayo de 1810, cuando los ciudadanos y las milicias de Buenos Aires, la capital del Virreinato del Río de la Plata, derrocaron al virrey español Baltasar Hidalgo de Cisneros en la Revolución de Mayo. Aunque entonces no hubo una declaración formal de independencia y el gobierno surgido de la revolución declaró su lealtad al depuesto rey Fernando VII, de hecho intentó reorganizar las estructuras sociales, políticas y económicas del Virreinato. Como se enfrentó a la resistencia inmediata de algunos sectores (la Banda Oriental, bajo el autoproclamado virrey Javier de Elío, Córdoba bajo el ex virrey Santiago de Liniers, el gobierno local de Asunción en Paraguay y, sobre todo, las fuerzas realistas del Virreinato del Perú), la revolución pronto se convirtió en una Guerra de la Independencia.
En medio de la guerra de la independencia, durante todo el período 1810-1831 se produjeron serios conflictos entre facciones siempre cambiantes respecto a la organización del Estado y los objetivos políticos de los gobiernos revolucionarios. Estos conflictos conllevaron golpes de estado, motines, juicios por motivos políticos, destierros y encarcelamientos y, finalmente, se convirtieron en una auténtica guerra civil.
Gobiernos revolucionarios inicialesEditar
Desde la revolución, hubo serios conflictos entre opiniones divergentes respecto a la organización política de las provincias. Mientras que algunos abogaban por un gobierno central fuerte y ejecutivo con poca responsabilidad hacia los intereses regionales, posición que al principio era favorecida por los elementos revolucionarios e independentistas «ilustrados», otros buscaban integrar a los representantes de las provincias en una asamblea deliberativa más amplia. Al imponerse esta última postura, la Primera Junta pasó a incorporar delegados de las provincias en 1811. Sin embargo, al hacerse evidente que tal arreglo no era lo suficientemente eficaz para dirigir los esfuerzos de guerra, un triunvirato asumió los poderes ejecutivos mientras la asamblea conservaba algunas funciones de control.
Asamblea del año XIIIEditar
Dirección SupremaEditar
Declaración de la independenciaEditar
Liga FederalEditar
La Liga Federal (1815-1820), o Liga de los Pueblos Libres, fue una alianza de provincias de la actual Argentina y Uruguay, organizada bajo ideales democráticos federalistas fuertemente defendidos por su líder, José Gervasio Artigas.
El gobierno de las Provincias Unidas de América del Sur se sintió amenazado por el creciente atractivo de la Liga Federal, por lo que no hizo nada para repeler la invasión portuguesa de Misiones Orientales y la Banda Oriental, bastión de Artigas. El general brasileño Carlos Frederico Lecor, gracias a su superioridad numérica y material, derrotó a Artigas y su ejército y ocupó Montevideo el 20 de enero de 1817, pero la lucha continuó durante tres largos años en el campo. Enfurecido por la pasividad de Buenos Aires, Artigas declaró la guerra a Buenos Aires mientras perdía ante los portugueses.
El 1 de febrero de 1820, los gobernadores de la Liga Federal, Francisco Ramírez, de Entre Ríos, y Estanislao López, de Santa Fe, derrotaron a un disminuido ejército del Directorio Supremo, poniendo fin al gobierno centralizado de las Provincias Unidas, y establecieron un acuerdo federal con la provincia de Buenos Aires. Asimismo, la Liga Federal llegó efectivamente a su fin cuando las provincias que la constituían se reincorporaron a las Provincias Unidas.
Artigas, derrotado por los portugueses, se retiró a Entre Ríos. Desde allí, denunció el Tratado del Pilar y entró en conflicto con su antiguo aliado el gobernador Ramírez, quien aplastó a los restos del ejército de Artigas. El antiguo Protector de los Pueblos Libres se exilió en Paraguay hasta su muerte. La Provincia Oriental fue anexionada por Portugal a sus dependencias brasileñas en 1821.