Muchos opositores a Napoleón (a veces escritores franceses, a veces panfletistas británicos) dudaron de su «nacionalidad francesa», tanto durante como después de su reinado. Quizás el más célebre de los escépticos fue Chateaubriand, quien, en su panfleto de 1814 De Buonaparte et les Bourbons (publicado simultáneamente en traducción inglesa en Londres con el título On Buonaparte and the Bourbons: and the necessity of rallying around our legitimate princes for the safety of France and of Europe), propuso que el ex emperador había falsificado su fecha de nacimiento y que en realidad había nacido en 1768, en una época en la que Córcega aún no era francesa.
Este gran escritor y sus seguidores se equivocaron sin embargo en dos puntos clave.
El primero es que Napoleón nació efectivamente en 1769. Es cierto que no disponemos de su partida de nacimiento, pero sí de su partida de bautismo (21 de julio de 1771) que atestigua que el 15 de agosto de 1769, fue el cumpleaños de Napoleón. Además, el «diario» de Carlos Bonaparte anota el nacimiento el 15 de agosto de 1769. Es cierto que Napoleón utilizó muy ocasionalmente los papeles de su hermano José (nacido en 1768) para añadir un año a su edad, ya sea para poder aprovechar alguna posibilidad administrativa o en su boda con Josefina, deseando reducir la diferencia de edad de seis años entre ambos (ella nació en 1763). Todos los demás documentos de su juventud atestiguan su venida al mundo en la fecha «habitual», como, por ejemplo, el certificado enviado por sus padres a Monsieur d’Hozier de Sérigny, el juez encargado de examinar sus títulos de nobleza que le permite ingresar en la Escuela Militar de Brienne (1779) o el informe de 1785 enviado a Luis XVI sobre los alumnos de la escuela militar de París donde, junto al nombre de Napoleón, aparece también la mención «nacido el 15 de agosto de 1769».
¿El segundo error de Chateaubriand? El concepto de «nacionalidad», tal y como se entendía durante y después de la Revolución, no tenía ningún significado en el momento del nacimiento de Napoleón. En aquella época, una persona era «súbdito» de un monarca, no ciudadano de una nación. Además, mediante el tratado de Versalles, fechado el 15 de mayo de 1768, un año antes del nacimiento de Napoleón, la República de Génova había cedido sus derechos sobre Córcega al rey de Francia. La isla fue «anexionada» al reino en agosto, tres meses después. Por lo tanto, Napoleón Bonaparte nació como «súbdito del rey de Francia».
Y por si estos argumentos no fueran suficientes, me gustaría añadir que durante la «departementalización» de Córcega (1790), la Constituyente decretó que todos los habitantes de la isla eran legalmente ciudadanos de Francia.