¿Qué es el diseño Feng Shui?

Cuando piensa en el feng shui, puede que le vengan a la mente imágenes de fuentes de agua, plantas de bambú de la suerte y monedas chinas. Estos objetos son, sin duda, formas de crear un feng shui «mejor», pero la filosofía del feng shui se expande mucho más allá de estos estereotipos.

Hechos divertidos

El feng shui se remonta a la antigua China. Sin embargo, antes de la invención de la brújula magnética, la práctica se basaba en la astronomía para determinar la correlación entre los seres humanos y el universo.

¿Qué significa el Feng Shui?

Las palabras chinas «feng» significa «viento» y «shui» se traduce como «agua». Los seres humanos y todos los seres vivos necesitan tanto el aliento como el agua para mantener la vida. Del mismo modo, necesitamos una conexión con la naturaleza (viento y agua) para vivir y prosperar en esta tierra. Cuando incorporamos estas antiguas enseñanzas asiáticas a los espacios que habitamos, podemos prosperar de verdad. La filosofía del feng shui nos reintroduce en las enseñanzas de la naturaleza, para que estemos más en sintonía con el flujo de la energía qi-fuerza vital.

Cómo nos conecta el Feng Shui con el mundo natural

Los conceptos del feng shui pueden utilizarse para diseñar y crear espacios con intención para que puedas fluir, florecer y empezar a despertar al mundo. Al igual que con la meditación, el feng shui trata de cultivar la conciencia de su entorno. El feng shui te anima a reducir la velocidad y a prestar atención a todos los detalles cotidianos de tu vida y tus espacios.

Tómate un momento e imagínate mirando por las enormes y modernas ventanas de un ático en Manhattan. Es una fresca tarde de otoño y puedes ver los rascacielos de cristal y metal a tu alrededor. Miras hacia abajo y ves los árboles que se han vuelto de colores ardientes. Se oyen las sirenas de una ambulancia y el bocinazo de los coches. Hay el zumbido y la energía de cientos de personas y coches que pasan a toda velocidad por la calle.

¿Cómo te sientes en este espacio?

Ahora, volemos a una playa aislada en una isla griega en pleno verano. El sol cegador y brillante te está golpeando. Puedes ver el agua azul brillante y el cielo en kilómetros. El calor es insoportablemente húmedo, así que te das un baño.

¿Cómo te sientes en este espacio?

No hay duda de que nuestros espacios nos afectan profundamente a nivel físico, emocional, psicológico y energético.

Creo que la mayoría de nosotros estamos de acuerdo en que nuestras vidas parecen aumentar en complejidad y velocidad cada día que pasa. Esto a menudo conduce a más estrés y dificultades -más de lo que las generaciones anteriores a nosotros han visto. Sólo queremos llegar a casa y sentirnos relajados, apoyados y nutridos. Deseamos desesperadamente espacios que resuenen y nos nutran. Afortunadamente, el feng shui nos ofrece esas herramientas que buscamos para empezar a crear espacios que nos apoyen. Con el arte del feng shui, podemos reconectar y fluir con el mundo natural, porque la verdad es que somos parte de una naturaleza.

Hay dos conceptos en el corazón de la práctica del feng shui: el mapa bagua y los cinco elementos. Estos principios nos guían para que podamos entrar en contacto con los ciclos de la naturaleza. (Como nota, con la mayoría de las prácticas, hay docenas de diferentes escuelas de feng shui, sin embargo estos dos principios son fundamentales en todas las escuelas.)

El mapa energético Bagua

El mapa energético bagua (o feng shui) es un mapa conceptual compuesto por ocho áreas alrededor de un centro. «Ba» se traduce como «ocho» y «gua» como «área» en chino. Las ocho áreas del bagua se relacionan con diferentes aspectos de nuestra vida. Cada área también está relacionada con muchas cualidades y energías, como los cinco elementos, el yin y el yang, los colores, los símbolos, las estaciones, las formas, los patrones, los órganos, los animales del zodiaco asiático, una hora del día, etc. Lo más habitual es aplicar el bagua sobre el plano de una casa o habitación. El mapa también se extiende y amplía para superponer una propiedad entera, un barrio, una ciudad, un país, etc. También podemos reducir el bagua para que quepa en una sola habitación, en un mueble, en un objeto o incluso en la cara o la mano.

Los cinco elementos en el Feng Shui

El bagua también está interrelacionado con la teoría de los cinco elementos. Los cinco elementos, también conocidos como las cinco fases, surgen de la antigua filosofía asiática llamada taoísmo. Los cinco elementos son: tierra, metal, agua, madera y fuego. Al igual que el bagua, estos cinco elementos tienen significados y aspectos más profundos. Cada elemento está relacionado con una zona del bagua, colores, órganos, estaciones, etc. En la práctica del feng shui, los practicantes suelen buscar y evaluar los cinco elementos dentro de los espacios y en las energías personales de los habitantes.

¿Por dónde empezar?

Entonces, ¿cómo empezamos a aplicar estos principios del feng shui en nuestros entornos? La primera forma es empezar a reducir la velocidad y ser más conscientes y atentos a nuestros hogares y lugares de trabajo.

Hágase estas preguntas: ¿Cómo se sienten mis ambientes? ¿Cómo me siento yo en mis ambientes?

Y contemple: ¿Qué áreas de mi vida quiero equilibrar? ¿Qué quiero más y qué puedo dejar de lado?

Una vez que hayas considerado estas preguntas, sumérgete en el mapa bagua y/o en los cinco elementos. Comprueba qué áreas y elementos resuenan contigo y empieza a trabajar con un máximo de tres. Ponga en práctica y luego observe cómo estos pequeños cambios de feng shui comienzan a manifestarse en su vida.

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