¿Qué necesito saber sobre la salud de mis cobayas?

Muchos de los problemas de salud comunes que se observan en las cobayas de compañía se pueden prevenir con buenas prácticas de cría y alimentación.

Monitoreo de la salud de tus cobayas

Debes revisar regularmente a tu cobaya para asegurarte de que come bien, orina, defeca con normalidad y camina con facilidad. Compruebe también que su cobaya tiene un pelaje sano, ojos claros y brillantes, una nariz sin secreciones, uñas de longitud normal (que no sean demasiado largas) y almohadillas sanas normales.

Tenga en cuenta que las cobayas producen dos tipos diferentes de excrementos. Un tipo de excremento contiene desechos «normales»; estos excrementos son formados, de color marrón medio a oscuro y con forma de judías alargadas). También producen caecotrofos, que son heces blandas, a menudo de color verdoso (pero no siempre), ricas en nitrógeno, que proceden del ciego del animal y contienen algunas vitaminas y minerales que la cobaya necesita para reingestar. Es normal que las cobayas se coman sus caecotrofos después de expulsarlos (coprofagia). Esto no indica ningún tipo de deficiencia o anormalidad en la dieta y se debe permitir a las cobayas que lo hagan.

Signos de un problema potencial

Los signos a los que hay que prestar atención y que pueden indicar dolor o enfermedad en las cobayas son:

  • Disminución del apetito o dificultad para comer
  • Pérdida de peso
  • Beber más agua de lo habitual
  • Cambio en la frecuencia y/o consistencia de las bolitas fecales (e.g. diarrea o ausencia de bolitas fecales)
  • Acumulación de heces alrededor del trasero de la cobaya
  • Cambios en la micción (por ejemplo, un cambio en la frecuencia, dolor o dificultad para orinar)
  • Cambios en el comportamiento (como debilidad letargo, o agresividad en animales que normalmente no son agresivos)
  • Chillidos o sobresaltos cuando se les toca (si esto no es normal para ese individuo, algunos son bastante reactivos al ser manipulados)
  • Respiración anormal (por ejemplopor ejemplo, rápida, superficial, rasposa)
  • Secreción de la nariz y los ojos y/o estornudos
  • Ojos saltones o hundidos
  • Pérdida de pelo o cambio en el pelaje
  • Convulsiones
  • Lamidez o hinchazón de las articulaciones

Las cobayas son buenas para ocultar la enfermedad y el dolor. Conoce el comportamiento de tus cobayas; si se comportan de forma anormal puede ser una señal de que algo va mal. Si su cobaya muestra alguno de estos signos, póngase en contacto con su veterinario lo antes posible. Las cobayas también deben someterse a revisiones veterinarias periódicas; esto puede ayudar a detectar problemas como el crecimiento excesivo de los dientes o los parásitos antes de que se conviertan en un problema de salud importante para sus cobayas.

Los siguientes son algunos de los problemas comunes relacionados con la cría que se observan en las cobayas.

Problemas dentales

Las enfermedades dentales son muy comunes en las cobayas, a menudo debido a la falta de forraje que las cobayas mastican y desgastan sus dientes, que están en constante crecimiento. Necesitan masticar material fibroso durante largos períodos a lo largo del día para desgastar sus dientes. Las enfermedades dentales causan mucho dolor e incomodidad a las cobayas y la mejor forma de prevenirlas es con una dieta adecuada.

Las cobayas han evolucionado durante miles de años para comer una dieta rica en fibra. En su entorno natural, las cobayas salvajes comen principalmente hierba durante todo el día. Las cobayas de compañía deberían alimentarse de forma muy parecida, con predominio de hierba y/o heno de hierba y verduras frescas de hoja verde. Consulte el artículo titulado «¿Qué debo alimentar a mis cobayas?» para obtener información más detallada.

Las enfermedades dentales pueden ser muy dolorosas y provocar babeo, dificultad para comer, pérdida de peso y enfermedades. Si sospecha que su cobaya padece alguna de las enfermedades mencionadas y/o nota cualquier otra anomalía o problema, consulte inmediatamente a su veterinario.

Deficiencia de vitamina C

Al igual que los humanos, las cobayas no pueden fabricar su propia vitamina C (ácido ascórbico) a partir de otras sustancias alimenticias, por lo que necesitan obtenerla de su dieta. Por lo general, esta vitamina se suministra de forma suficiente mediante la alimentación con verduras de hoja verde frescas. Sin embargo, es más seguro complementarla con pequeñas cantidades de alimentos ricos en vitamina C, como cítricos o kiwis. La vitamina C debe aportarse directamente de los alimentos. Los suplementos líquidos de vitamina C (añadidos al agua de bebida) o la vitamina C procesada añadida a los piensos comerciales no son fuentes fiables y, por lo tanto, no se recomiendan.

La enfermedad relacionada con la deficiencia de vitamina C suele implicar la inflamación de las articulaciones y el sangrado en los músculos, los intestinos y otros tejidos. Las cobayas afectadas pueden estar anoréxicas, letárgicas, débiles, moverse con dificultad y parecer dolorosas al moverse. También pueden tener diarrea y un pelaje áspero, entre otros síntomas. La carencia de vitamina C causa a las cobayas un gran dolor y malestar y es una enfermedad que se puede prevenir.

Pies inflamados y ulcerados

En la naturaleza, las cobayas suelen vivir en zonas de hierba u otro tipo de material natural que les proporciona cierta amortiguación en los pies. Las almohadillas hinchadas y ulceradas son un problema común cuando las cobayas se mantienen en superficies duras y/o suelos de malla metálica sin cubrir. La falta de efecto amortiguador crea úlceras de presión. Estas úlceras de presión causan graves molestias y dolor. En algunos casos, la inflamación puede extenderse al tejido óseo de las patas.

Las cobayas domesticadas deben mantenerse en suelos blandos y en camas blandas para ayudar a prevenir las almohadillas ulceradas. Entre los materiales adecuados se encuentra el heno de hierba, incluyendo Timothy, Oaten, Wheaten, Pasture, Paddock, Meadow o Rye grass hays (no deben ser alimentados o proporcionados con Lucerne (alfalfa) o Clover hays como material de suelo / cama, ya que son demasiado altos en calcio y proteínas). Otros materiales adecuados para utilizar en el interior de los alojamientos secos son la paja, el papel triturado o el vellón suave.

Se deben evitar los suelos de malla metálica sin cubrir, ya que son demasiado duros para las almohadillas de las cobayas.

La falta de higiene también puede provocar problemas en las patas y la piel. Por lo tanto, es esencial retirar la ropa de cama sucia (de heces y orina) al menos cada dos días, o más a menudo si se ensucia antes.

Parásitos externos

Las cobayas son susceptibles de padecer parásitos externos como pulgas y ácaros (que pueden causar un intenso picor, pérdida de pelo y malestar). Pregunte a su veterinario sobre la prevención o el tratamiento de estos parásitos si es necesario.

Las infestaciones por parásitos externos pueden ser muy angustiosas (en algunos casos, la sensación de picor puede alterar gravemente la capacidad de la cobaya para dormir correctamente). Afortunadamente, la infestación por parásitos externos es fácilmente tratable por su veterinario local. Si se confirma una infestación, es esencial limpiar a fondo la conejera/alojamiento de la cobaya.

Problemas del tracto urinario

Los problemas del tracto urinario como la inflamación, la infección y los cálculos en la vejiga también son comunes en las cobayas. A menudo están relacionados con una dieta pobre y una mala higiene. Una dieta rica en calcio puede aumentar el riesgo de problemas del tracto urinario (por ejemplo, la alimentación con alfalfa o heno de trébol, ya que tienen un alto contenido en calcio).

Problemas respiratorios

Las cobayas pueden ser susceptibles de sufrir infecciones respiratorias. Esto se debe a menudo a las malas condiciones de alojamiento, incluyendo la ventilación inadecuada, la falta de higiene y el polvo de la cama inadecuada. Pueden ser muy graves, por lo que si su cobaya tiene una respiración anormal (por ejemplo, rápida, superficial, rasposa), póngase en contacto con su veterinario inmediatamente.

Deshidratación y estrés térmico

Las cobayas pueden sufrir fácilmente deshidratación y estrés térmico.

Lo ideal es mantenerlas a una temperatura de entre 18 y 22 grados centígrados y no soportan bien las temperaturas superiores a 30 grados. Debe tener un termómetro cerca de sus cobayas para poder controlar la temperatura y tomar medidas para garantizar su bienestar si el entorno en el que se encuentran se calienta (o enfría) demasiado.

Es importante que se asegure de que sus cobayas disponen de suficiente agua fresca y limpia, y que las lleve al interior de un lugar fresco durante los días calurosos de verano (por ejemplo, a una habitación con aire acondicionado). Otras formas de ayudar a sus cobayas a mantenerse frescas son colocar en su recinto bolsas/almohadillas/cojines congelados envueltos en paños de cocina, colocar toallas húmedas sobre su recinto para darles un lugar sombreado y fresco, darles golosinas congeladas (como frutas o verduras congeladas) y utilizar ventiladores para darles aire fresco y en movimiento.

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