El papel de Lionel Messi en el Barcelona cambiará inevitablemente en el transcurso de los próximos años, cuando empiece a dar por concluida una carrera gloriosa.

Desde que pisó por primera vez un terreno de juego hace 10 años, el argentino está destinado a la grandeza y, en muchos aspectos, es el jugador moderno completo.

Messi es un extremo tan bueno como Ribéry. Un director de juego tan bueno como Iniesta. Y además marca 70 goles por temporada. Eso es ser un jugador completo

– migeru (@migerucb) 17 de septiembre de 2013

No se conforma con exhibir un amplio abanico de habilidades deslumbrantes, como vimos en el minuto 87 contra el Espanyol el fin de semana, cuando ya ganaba 5-1, Messi aún se conformaba con perseguir un balón perdido y recuperarlo.

Es precisamente esa ética de trabajo la que le hace ganarse el cariño de los aficionados al fútbol de todo el mundo, no sólo de Cataluña.

Lo que le distingue de sus coetáneos, además de un ritmo incesante de goles y asistencias, es la capacidad de jugar en varias posiciones y no desentonar en ninguna de ellas.

Sin ser un delantero, y sin duda sin ser un hombre de ataque, Messi ha jugado en una variante del papel de delantero centro y ha superado a todos los que han jugado allí en la Liga anteriormente.

El hecho de jugar en la banda derecha tampoco parece haber reducido su potencia. Su rapidez de pies y su agudo cerebro futbolístico hacen que sea una amenaza omnipresente tanto si Messi opta por meterse por dentro e intercambiar pases, como si se va por un camino más tortuoso hacia la portería.

El papel de falso nueve que el Barcelona popularizó durante la era de Pep Guardiola parece haber sido creado sólo para el argentino.

La pura audacia. Sacar un equipo sin un delantero reconocido y aun así conseguir doblegar a la mayoría gracias a la excelencia de tu talismán.

En la actualidad, Messi está en su mejor momento como futbolista. Dentro de cinco años tendrá 32 años y, aunque ya ha pasado su mejor momento, no cabe duda de que tendrá mucho que ofrecer.

Como las explosiones que forman parte de su juego, así como los goles que marca, son menos habituales a esa edad, podemos esperar que Messi se siente un poco más atrás de lo normal.

@ohwhatitsmeels De todos modos, Messi es más un creador de juego en estos días (incluso más que antes)

– George (@DmitriDaBuffalo) 3 de diciembre de 2014

Quizás más del No. 10 que juega con Argentina y donde ha empezado a ser utilizado por el Barça si el dibujo táctico lo dicta.

Es una posición que es el punto de apoyo de muchos de los mejores equipos, y como uno de los mejores exponentes, Messi seguirá siendo el conducto a través del cual debe llegar todo el buen trabajo del Barça.

El ex seleccionador de Argentina, Alejandro Sabella, está de acuerdo en que un papel de creador de juego es donde encontraremos a Messi más adelante en su carrera. Dijo a Cope (vía Goal.com) a principios de este año:

A medida que pase el tiempo y pierda esa extraordinaria y explosiva velocidad, se convertirá más en un creador de juego.

Es tan extraordinario que sólo conocemos , pero puede hacer mucho más.

Es uno de los grandes jugadores del mundo, y tenemos la suerte de verlo semana tras semana. Es uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.

Sus compañeros de equipo saben que puede ganar un partido, que puede ayudar a ganar un partido, y sus rivales tienen miedo de lo que puede hacerles. Es un jugador decisivo, increíble.

Es poco probable que encontremos su nombre en la tabla de goleadores tanto como ahora, pero ¿quién puede decir que dentro de cinco años, Messi no haya batido prácticamente todos los récords goleadores del libro?

El papel de número 10 es probablemente el que más le conviene. Desde la perspectiva del equipo, la amenaza viene de más atrás, dando a los defensas de la oposición el dilema de si salir y enfrentarse a Messi de frente, exponiéndose así a la pelota por encima, o sentarse y permitirle enhebrar una pelota a través del ojo de la aguja.

Contra Messi, estás condenado si haces cualquiera de las dos cosas.

Dentro de cinco años, la edad puede haberle cansado y los años de jugar al más alto nivel habrán hecho mella en su cuerpo, pero su cerebro seguirá siendo tan afilado como siempre.

La inteligencia en el juego es un bien que no se puede comprar, y es lo que hará que Lionel Messi siga estando en la cima del fútbol mundial en 2019.