Recuperación de una crisis nerviosa: Escalando su camino desde el fondo

Una crisis nerviosa es un grave colapso de la salud mental, emocional y espiritual que puede tener muchas causas y factores diferentes, incluyendo traumas, falta de sueño y/o desequilibrios bioquímicos. Cualquiera que haya sufrido una crisis nerviosa grave sabe que para entender realmente lo que le ha pasado y por qué, hay que profundizar y llegar a la raíz de los problemas y abordar plenamente todos los problemas subyacentes de los que puede o no ser plenamente consciente, con el fin de encontrar soluciones holísticas. Aquí tienes algunas sugerencias para ayudarte en tu proceso de curación.

Después de una crisis nerviosa, puede que te encuentres con que tienes que volver a aprender a vivir la vida. Puede parecer una locura para cualquiera que no haya sufrido una depresión grave o una crisis mental, pero para los que sí la han sufrido, las rutinas diarias pueden parecer imposibles, incluso salir de la cama puede parecer insuperable. Es posible que te despiertes todas las mañanas en estado de pánico, o que tengas insomnio crónico, o ambas cosas. Es posible que te encuentres incapaz de comer, de dejar de llorar o de hacer que el pánico disminuya. Puede que te invada una ansiedad persistente y/o pensamientos suicidas.

Sea cual sea la forma en que se manifiesten sus dificultades, es posible que tenga que volver a dominar los aspectos básicos de la vida cotidiana. Puede ser de gran ayuda dividir las cosas en pequeños pasos y tareas, y caminar por ellas. Haz listas de cosas que quieras realizar, por pequeñas que sean: ducharte, beber agua, hacer ejercicio, limpiar. Completar incluso pequeñas tareas le dará una sensación de logro y será un paso en su viaje de recuperación.

Cuando estamos gravemente deprimidos, tendemos a juzgarnos con dureza por estar en el estado en que nos encontramos, por no ser capaces de levantarnos de la cama, por no poder mantener nuestra casa limpia, por faltar un día más al trabajo. Cuando estamos sufriendo es cuando más necesitamos nuestra compasión y perdón. En lugar de reñirte a ti mismo, intenta decirte cosas como «Siento que estés sufriendo. Te quiero incondicionalmente». Este cambio en tu perspectiva y en tu forma de hablarte a ti mismo puede ayudarte a reprogramar tu mente subconsciente con el tiempo, a llenarte de amor en lugar del autodesprecio que puede conllevar la depresión, y a darte más motivación para hacer cambios positivos y saludables para ti.

Cuando estés deprimido, puede que te sientas impaciente por tu progreso o por la falta de él. En la medida de lo posible, tenga paciencia consigo mismo. No has caído en este agujero de la noche a la mañana, y tampoco saldrás de él de la noche a la mañana. Los grandes cambios que necesitas hacer en tu vida requerirán diligencia, energía y tiempo, y cuanto más puedas tener paciencia contigo mismo durante este proceso de curación tan difícil, más fácil será implementar esos cambios.

Por último, y muy importante, consiga apoyo. Un miembro de la familia, un amigo, un grupo de apoyo, un vecino, incluso un conocido de las redes sociales puede estar ahí para ofrecer apoyo si estás abierto a recibirlo. Hazle saber a alguien que necesitas ayuda, y luego permítete el regalo de ser ayudado. Intenta no sentirte culpable por necesitar ayuda. Por el contrario, acepta el regalo con gratitud y recuérdate a ti mismo que, como todos nosotros, mereces ayuda, apoyo y amor.

Regálate ayuda y apoyo; te lo mereces. Enlightened Solutions está aquí para ayudarte. Llame hoy al (833) 801-LIVE.

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