Es genial (y creo que tu afirmación de que no es la mujer más bella de la música pop en insostenible). Pero realmente se cimentó como Queen Bey en 2013. En primer lugar, en la Super Bowl de ese año, en febrero, hizo un espectáculo de medio tiempo increíble (en un lugar donde eso es extremadamente difícil), y luego se cortó la electricidad en el estadio inmediatamente después. Fue como algo sacado de una película, como la aceleración de Highlander. Su excelencia era demasiado grande para ser contenida. Pero lo que la hizo imparable fue el álbum secreto que lanzó en diciembre de ese año. No hubo promoción, ni siquiera rumores, en realidad. Un día apareció un álbum en iTunes, pero no uno cualquiera. En primer lugar, era funcionalmente una película de antología, ya que cada tema tenía un vídeo de acompañamiento. En segundo lugar, era un gran álbum en todas las dimensiones: musicalmente, sí, pero también reflexivo, confesional, asombrosamente sexy y sencillamente divertido en formas a las que muchos álbumes pop ni siquiera aspiran. Al crear una obra así y hacerla aparecer de la nada completamente formada como Atenea del cráneo de Zeus, inmediatamente dominó la conversación sobre la música pop durante meses.

En 2016 hizo otro excelente álbum visual, esta vez uno aún más honesto emocionalmente, en un período en el que la música popular en gran medida se había alejado de examinar la condición humana en favor de proporcionar entretenimiento sin complicaciones, como hace periódicamente. Y, por supuesto, hay una poderosa tensión entre el esfuerzo que hace claramente en su presentación personal y el control de su imagen para que parezca que existe en este plano superior, intocable e impecable, mientras que el contenido de su música es tan confesional y desvergonzado. Es la mejor de todas.