Para mucha gente, la idea de estar soltero para siempre está a la altura de tener brotes de bambú metidos bajo las uñas: es literalmente lo peor. Aunque no hay ninguna garantía en la vida de que no vayas a terminar solo, definitivamente hay cosas que podrías estar haciendo ahora mismo que podrían contribuir a ello. Y, no, no tiene nada que ver con el número de gatos que tengas.

Entonces, ¿serás soltero para siempre? Posiblemente. Estas son las señales de que vas en esa dirección.

Te niegas a dar una oportunidad a gente nueva.

Es como si no estuviera en tu naturaleza aceptar a nadie en tu vida. Has llegado al punto de que cuando alguien te sonríe, tu reacción inmediata es fruncir el ceño y salir corriendo.

Estás constantemente hablando de que no te vas a conformar.

Sí, lo entendemos: No te vas a conformar. Pero decírselo a todo el mundo una y otra vez no va a convencerte a ti ni a nadie de que por eso estás soltero. Supéralo.

Tienes expectativas increíblemente irreales.

Es realmente importante tener estándares y también es importante tener expectativas de la gente, pero cuando llegas a un punto en el que nadie, ni siquiera Superman, puede cumplir con esas expectativas, sólo estás condenándote a ti mismo y a tu futuro.

No vas a ningún sitio ni pruebas cosas nuevas.

Escucha, a todo el mundo le gusta el delivery y Netflix, pero si te has dado un atracón de Netflix y delivery durante más de 30 días seguidos, entonces es necesario reevaluar las cosas.

Entras en cada cita pensando que va a ser una mierda.

¡A nadie le gustan las citas! Es agotador y consume mucho tiempo, y a veces ese tipo de Tinder que parece lo mejor del mundo sobre el papel es en realidad un maldito sociópata. Pero no puedes asumir siempre lo peor, porque entonces nunca te abres a la posibilidad de encontrar lo mejor.

Piensas que compartir tu espacio es la peor idea de la historia.

Una cosa es no querer compartir tu cama, pero otra cosa es que la idea de compartir cualquier otro rincón de tu mundo te haga estremecer y convulsionar.

Has dejado de ser invitado a las fiestas porque eres un aguafiestas.

No es que no les gustes a tus amigos, es que sus amigos no entienden tu estilo de humor, o al menos eso es lo que te dicen.

No puedes superar a tu ex.

No sólo no puedes superar a tu ex, sino que sigues sacando tiempo a lo largo del día para acosarlo en internet y actualizas constantemente tu Instagram para mostrar lo feliz que eres sin él. Ya sabes, por si acaso él está revisando tu cuenta, cosa que probablemente no sea así.

Comparas a todos los que conoces con tu ex.

Tu ex es tu ex por una razón, pero aún así pareces ver la mierda que te hizo pasar como algo superior a lo bueno que podría hacer alguien nuevo.

Te conformas con ser la tercera rueda.

La mayoría de la gente odia ser la tercera rueda, porque las cosas funcionan mejor con cuatro ruedas, pero tú no lo ves así. De alguna manera has conseguido convencerte de que tu mejor amiga y su novio están taaaan encantados de atenderte a ti, y sólo a ti, una vez más.

Te enamoras con demasiada facilidad.

En realidad eres esa persona que a mitad de la cena de la primera cita anuncia que se está enamorando. Yikes. Luego te pasas las siguientes semanas preguntándote por qué tu nuevo novio te ignora totalmente como la peste.

No sabes la última vez que fuiste capaz de captar una indirecta.

La gente no te contesta los mensajes, pero tú sigues mandando mensajes. El chico con el que saliste durante un minuto caliente está totalmente fantasma y, sin embargo, estás de pie fuera de su trabajo todos los días en su hora de almuerzo. Tus amigas intentan decirte la cruda verdad y tú te quedas mirando sin comprender. ¿Te resulta familiar? Sí… vas a estar sola durante mucho tiempo.

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