Desgraciadamente, los médicos aún no saben cuál es la causa del síndrome del intestino irritable (SII), pero creen que una combinación de problemas puede conducir a esta enfermedad.

Sin embargo, sí saben que los trastornos gastrointestinales (GI) funcionales, como el SII, son problemas de interacción entre el cerebro y el intestino (es decir, la forma en que el cerebro y el estómago trabajan juntos), según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK).

El NIDDK dice: «Los expertos creen que los problemas de interacción entre el cerebro y el intestino pueden afectar a la forma en que su cuerpo funciona y causar los síntomas del SII. Por ejemplo, en algunas personas con SII, los alimentos pueden desplazarse con demasiada lentitud o rapidez por el tubo digestivo, lo que provoca cambios en los movimientos intestinales. Algunas personas con SII pueden sentir dolor cuando hay una cantidad normal de gases o heces en el intestino.»

Aunque los síntomas comunes del SII afectan al estómago y al sistema digestivo, hay otros síntomas que no lo hacen. Aquí hay cuatro:

1. Dolores de cabeza

Según la doctora Bethany DeVito, gastroenteróloga del Hospital Universitario de North Shore en Manhasset, Nueva York, es común que los pacientes con SII reporten síntomas no relacionados con la digestión. Ella dice que hay una conexión establecida entre el SII y las migrañas en la comunidad médica.

Por ejemplo, un estudio de 2005 publicado en la Revista Polaca de Neurología y Neurocirugía descubrió que entre el 23 y el 53% de las personas con SII sufren dolores de cabeza frecuentes, mientras que entre el 10 y el 20% experimentan migrañas y SII.

Otro estudio, publicado en BMC Gastroenterology, afirma que las personas con SII tienen entre un 40 y un 80% más de probabilidades de sufrir migrañas, fibromialgia y/o depresión que las que no tienen SII.

Un estudio de 2012 publicado en Current Pain and Headache Reports informa de una conexión adicional entre las migrañas, el SII y la enfermedad celíaca (hipersensibilidad al gluten).

Algunos pacientes descubren que los síntomas del SII y las migrañas se producen simultáneamente. «Durante los ataques de migraña, algunos pacientes presentan también alteraciones gastrointestinales asociadas, como náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea», explica el Dr. DeVito. Otros pacientes afirman que los síntomas del síndrome del intestino irritable aparecen entre los ataques de cefalea.

El estrés es uno de los factores que pueden provocar ambos síntomas. «Esta conexión mente-cuerpo es real y puede influir enormemente en la salud», dijo el doctor Maxwell Chait, gastroenterólogo del Columbia Doctors Medical Group de Hartsdale (Nueva York). La serotonina es otra: «La serotonina es un importante neurotransmisor del tracto gastrointestinal que desempeña un papel relevante en el síndrome del intestino irritable, así como en la migraña».

2. Micción frecuente

Los investigadores no están seguros de por qué, pero los problemas de intestino y vejiga se solapan. Las investigaciones demuestran que el 50% de las personas que padecen el síndrome del intestino irritable sufren problemas urinarios, entre los que se incluyen la vejiga hiperactiva, el vaciado incompleto de la vejiga, el levantarse por la noche para orinar (nicturia) y la urgencia urinaria. Ally Marie cree que, como tiene SII-C, su intestino lleno a menudo ejerce presión sobre su vejiga, lo que le hace orinar con frecuencia.

«Al tener SII-C y no SII-D, no tengo que lidiar con correr al baño en un viaje en avión por el número 2, pero soy esa persona molesta que dice «¡Perdón! 10 veces en un vuelo porque tengo que orinar constantemente. También tengo un sueño muy interrumpido porque tengo que levantarme varias veces por la noche para orinar (nicturia). Además, al igual que nunca siento que termine completamente de defecar, siempre siento que podría orinar de nuevo, justo después de terminar de ir #1».

3. Fatiga

Cuando se padece el SII, se puede llegar a sentir fatiga cuando se desencadenan los síntomas. Según el NIDDKD, entre los desencadenantes alimentarios más comunes se encuentran los alimentos grasos, los edulcorantes artificiales, el alcohol, los productos lácteos, la cafeína, las judías, la col y otros alimentos que provocan gases.

El SII también puede provocar fatiga debido a la inflamación intestinal, que reduce los niveles de ácido glutámico. Eva Cwynar, autora de The Fatigue Solution (La solución a la fatiga), explica que unos niveles bajos de ácido glutámico significan unos niveles más bajos de ácido gamma-aminobutírico, o GABA, que es un agente que ayuda a calmar el cerebro.

¿El resultado de unos niveles bajos de GABA? Agotamiento, inquietud, estrés y fatiga.

4. Ansiedad y depresión

Las personas que padecen SII suelen sufrir ansiedad y depresión, lo que a su vez puede empeorar los síntomas, afirma la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (ADAA). ¿Por qué? Porque el sistema nervioso controla el colon, que responde al estrés. Según la National Digestive Diseases Information Clearinghouse, se calcula que el 70% de las personas con SII no reciben tratamiento para controlar sus síntomas. Y de los que sí buscan ayuda, entre el 50 y el 90% padecen un trastorno psiquiátrico como ansiedad o depresión.

La Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (ADAA) dice que lo siguiente puede ayudar:

• Los antidepresivos pueden minimizar los síntomas de ansiedad y depresión, lo que a su vez puede ayudar con el SII.
• La terapia cognitivo-conductual puede enseñarle a afrontar la ansiedad y la depresión. La Sociedad Británica de Gastroenterología recomienda la terapia psicológica como tratamiento de primera línea para el SII si se tienen antecedentes de ansiedad, ataques de pánico o depresión. El Colegio Americano de Gastroenterología también recomienda la terapia, que puede reducir la ansiedad y los síntomas del SII.
• La ADAA sugiere la práctica de técnicas de relajación para ayudar a reducir y controlar el estrés.

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