La mayoría de las drogas que se consumen de forma recreativa o ilegal pueden clasificarse como depresoras (downer) o estimulantes (upper). El alcohol se considera un depresor. Ambos tipos de drogas y alcohol causan un determinado efecto que el usuario busca. Echemos un vistazo a cómo afecta cada una al cuerpo y examinemos si una podría considerarse más peligrosa que la otra.

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Estimulantes vs. Depresores – ¿Cuál es más peligroso?

Depresores

Un depresor ralentiza los procesos del cuerpo, tanto física como mentalmente. A veces se les llama sedantes o tranquilizantes. Cuando son recetados por un médico, se utilizan para la ansiedad, el insomnio y las convulsiones.

Los fármacos más comunes recetados por los médicos para estos trastornos son el Valium o el Xanax para la ansiedad y el Ambien y el Soma para el insomnio. Las drogas callejeras Rohypnol y gamma-hidroxibutirato (GHB) también se consideran depresores. Como se ha mencionado, el alcohol también es un depresor. La marihuana también es un depresor.

Efectos de los depresores

Cuando alguien toma un depresor, los procesos de su cuerpo se ralentizan. El ritmo cardíaco y la respiración se ralentizan, y la presión arterial se reduce. También hace que se afloje la tensión muscular y alivia el dolor. Los efectos de relajación y sedación de los fármacos funcionan bien en algunos procedimientos médicos y pueden recetarse después, durante el proceso de curación, para reducir el dolor.

Los depresores actúan desactivando las áreas del cerebro responsables de la ansiedad o el miedo, haciendo que el usuario se sienta más tranquilo y menos agitado. Funcionan casi inmediatamente, mientras que los antidepresivos, que tienen un efecto similar, pueden tardar semanas en empezar a funcionar.
Los somníferos, como el Ambien, se recetan a las personas que tienen problemas para dormir. Pueden tener efectos secundarios inusuales, como conducir, comer o tener relaciones sexuales mientras se duerme, y luego no recordar nada al día siguiente. Se prescribe sólo para uso a corto plazo porque puede crear hábito.

Los depresores pueden causar efectos secundarios como dificultad para concentrarse, dolores de cabeza, malestar estomacal, fatiga, mareos y problemas para orinar. También pueden provocar síntomas de depresión. El uso continuado y creciente de depresores puede hacer que las personas se vuelvan irritables, paranoicas e incluso agresivas, aunque el efecto inicial sea el contrario. Una persona que tome depresores con regularidad creará una tolerancia y necesitará más para obtener los mismos efectos.

Cuando los depresores se utilizan para el dolor, puede desarrollarse una dependencia física. Esto, unido al aumento de la tolerancia, puede crear el potencial de adicción. Dependiendo del depresor y de la potencia, los efectos pueden durar sólo unas horas. Si alguien los utiliza para aliviar el dolor por prescripción médica, puede acabar tomando más de la dosis recomendada para mantener el dolor a raya. ¿Tiene un amigo adicto a los depresores? Llame a Freedom Detox para la rehabilitación de drogas en Charlotte NC.

Estimulantes

Un estimulante hace lo contrario de un depresivo. Aumenta la energía, la atención y el estado de alerta. Acelera los procesos del cuerpo, incluyendo el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria. También aumenta la temperatura corporal y la presión arterial. Reduce el apetito y la necesidad de dormir.

Los estimulantes con receta se administran a personas que sufren trastornos de la atención e incluyen fármacos como Ritalin y Adderall. También pueden recetarse para la narcolepsia y a veces para la depresión. Los estimulantes ilegales son drogas callejeras como la cocaína, la metanfetamina y el éxtasis o MDMA.

La cafeína y la nicotina también se consideran estimulantes porque aumentan la presión arterial y el ritmo cardíaco.

Efectos de los estimulantes

Cuando alguien toma un estimulante, éste eleva su estado de ánimo y de alerta al potenciar los efectos del neurotransmisor dopamina, que se asocia con el placer y la atención. Aumenta la energía y suprime el apetito, por lo que muchas personas y niños que toman fármacos como Ritalin y Adderall pierden peso.

Otros efectos secundarios pueden ser paranoia, aumento del ritmo cardíaco, fatiga y latidos irregulares. Una vez que el efecto de la droga desaparece, puede causar agotamiento, apatía y depresión.

Los efectos a largo plazo del abuso continuado de estimulantes pueden incluir daños en los vasos sanguíneos, hipertensión, desnutrición, psicosis y, en algunos casos, daños cerebrales.

El potencial de adicción a los estimulantes es similar al de los depresivos. El uso continuado y creciente puede provocar una dependencia física que puede causar síntomas de abstinencia cuando alguien deja de tomarlos. Los síntomas comunes de abstinencia incluyen depresión, irritabilidad, problemas para dormir y sueños extraños.

Riesgos adicionales de los depresores y estimulantes

Muchas personas mezclan estimulantes y depresores y no piensan en cómo pueden interactuar entre sí. Por ejemplo, alguien puede tomar un Xanax y beber una cerveza, sin pensar que ambos son depresores. Esto puede provocar un mayor riesgo de sobredosis o de muerte porque ambas drogas están provocando la ralentización del sistema respiratorio.

Por otro lado, a algunos les gusta mezclar estimulantes con alcohol. Algunos consumen cocaína u otros estimulantes, y otros simplemente toman bebidas energéticas con alcohol para potenciar los efectos de ambos. ¿Conoce a alguien con una adicción a los estimulantes? ¡Llame a Legacy para la rehabilitación de drogas en Charlotte NC!

Los efectos secundarios de tomar una o ambas drogas que requieren atención médica inmediata incluyen:

• Hinchazón de la lengua o la garganta
• Dificultad para respirar
• Convulsiones o pérdida de conciencia
• Alucinaciones

¿Qué droga es peor?

Ambas drogas tienen sus peligros, especialmente cuando se toman sin la supervisión de un médico, o si son drogas callejeras. La salud general de una persona puede influir en qué tipo de droga puede tener el peor efecto. Si alguien ya tiene problemas de corazón, como latidos irregulares o palpitaciones, los estimulantes pueden aumentar su potencial para desarrollar problemas peores. Además, las drogas pueden afectar a la salud mental de una persona. Si una persona ya sufre una depresión y empieza a tomar un depresivo, es probable que sus síntomas empeoren.

Ambos fármacos pueden causar adicción, la posibilidad de sobredosis y la muerte. Cualquier droga tomada sin la orientación de un médico es un riesgo.

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