Democracia
El tipo de gobierno con el que estamos más familiarizados es la democraciaSistema político en el que los ciudadanos se gobiernan a sí mismos directa o indirectamente. El término democracia viene del griego y significa «gobierno del pueblo». En las conmovedoras palabras de Lincoln en el Discurso de Gettysburg, la democracia es «el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo». En las democracias directas (o puras), el pueblo toma sus propias decisiones sobre las políticas y la distribución de los recursos que le afectan directamente. Un ejemplo de este tipo de democracia en acción es la asamblea municipal de Nueva Inglaterra, en la que los residentes de un pueblo se reúnen una vez al año y votan sobre el presupuesto y otros asuntos. Sin embargo, estas democracias directas son poco prácticas cuando el número de personas supera los cientos. Por ello, las democracias representativas son mucho más comunes. En este tipo de democracias, los ciudadanos eligen a funcionarios para que los representen en las votaciones legislativas sobre asuntos que afectan a la población.
La democracia representativa es más práctica que la democracia directa en una sociedad de tamaño considerable, pero los politólogos citan otra ventaja de la democracia representativa. Al menos en teoría, garantiza que los individuos que gobiernan una sociedad y que contribuyen de otras formas al funcionamiento de la misma son los que tienen los talentos, las habilidades y los conocimientos adecuados para hacerlo. En esta forma de pensar, las masas de personas son, en general, demasiado desinformadas, demasiado incultas y demasiado desinteresadas para dirigir una sociedad por sí mismas. La democracia representativa permite, por tanto, que «la flor y nata suba a la cima», de modo que las personas que realmente gobiernan una sociedad son las más cualificadas para llevar a cabo esta tarea esencial (Seward, 2010).Seward, M. (2010). The representative claim. New York, NY: Oxford University Press. Aunque este argumento tiene mucho mérito, también es cierto que muchos de los individuos que resultan elegidos para un cargo resultan ser ineficaces y/o corruptos. Independientemente de nuestras orientaciones políticas, los estadounidenses pueden pensar en muchos políticos a los que se aplican estas etiquetas, desde presidentes hasta funcionarios locales. Como se analiza en el capítulo 14, «Política y gobierno», apartado 14.4, «La política en Estados Unidos», en relación con los grupos de presión política, los funcionarios elegidos también pueden verse indebidamente influidos por las contribuciones a las campañas de las empresas y otros grupos con intereses especiales. En la medida en que se produce esta influencia, la democracia representativa no alcanza los ideales proclamados por los teóricos de la política.
La característica que define a la democracia representativa es el voto en las elecciones. Cuando se fundó Estados Unidos hace más de 230 años, la mayoría de los gobiernos del mundo eran monarquías u otros regímenes autoritarios (de los que hablaremos en breve). Al igual que los colonos, los habitantes de estas naciones se quejaban del poder arbitrario. El ejemplo de la Revolución Americana y las conmovedoras palabras de su Declaración de Independencia ayudaron a inspirar la Revolución Francesa de 1789 y otras revoluciones desde entonces, ya que personas de todo el mundo han muerto para conseguir el derecho al voto y a la libertad política.
Las democracias no son perfectas. Su proceso de toma de decisiones puede ser bastante lento e ineficaz; como acabamos de mencionar, las decisiones pueden tomarse para intereses especiales y no «para el pueblo»; y, como hemos visto en capítulos anteriores, pueden existir desigualdades generalizadas de clase social, raza y etnia, género y edad. Además, no en todas las democracias todas las personas han disfrutado del derecho al voto. En Estados Unidos, por ejemplo, los afroamericanos no pudieron votar hasta después de la Guerra Civil, con la aprobación de la 15ª Enmienda en 1870, y las mujeres no obtuvieron el derecho al voto hasta 1920, con la aprobación de la 19ª Enmienda.
Además de disfrutar en general del derecho al voto, los habitantes de las democracias también tienen más libertad que los de otros tipos de gobiernos. La figura 14.1 «La libertad en el mundo (según el alcance de los derechos políticos y las libertades civiles)» muestra las naciones del mundo según el alcance de sus derechos políticos y libertades civiles. Las naciones más libres se encuentran en América del Norte, Europa Occidental y algunas otras partes del mundo, mientras que las menos libres se encuentran en Asia, Oriente Medio y África.