Tumores de la mano

Usado con permiso de la Sociedad Americana de Cirugía de la Mano.

¿Qué son los tumores de la mano?

Cualquier bulto o protuberancia anormal se considera un tumor. Un tumor también puede denominarse «masa». El término «tumor» no significa necesariamente que sea maligno o que sea un cáncer. De hecho, la gran mayoría de los tumores de la mano son benignos o no cancerosos. Cualquier bulto o protuberancia en la mano es un tumor, independientemente de su causa.

Los tumores de mano pueden aparecer en la piel, como un lunar o una verruga, o pueden aparecer debajo de la piel en el tejido blando o incluso en el hueso. Como hay tantos tipos de tejido en la mano (por ejemplo, piel, tendón, grasa, ligamentos, hueso, etc.) hay muchos tipos de tumores que pueden aparecer. Sin embargo, sólo unos pocos se ven con frecuencia.

¿Qué tipos de tumores de la mano hay?

El tumor más común en la mano y la muñeca es un quiste ganglionar. Se trata de sacos benignos de líquido gelatinoso que se forman a partir de una articulación o vaina tendinosa. Se observan con frecuencia en la muñeca, pero también pueden aparecer alrededor de las articulaciones de los dedos. Se forman cuando una parte de la cápsula articular o de la vaina del tendón empieza a abombarse y se llena del líquido que lubrica la articulación o el tendón.

El segundo tumor más común de la mano es un tumor de células gigantes de la vaina del tendón. A diferencia del quiste ganglionar lleno de líquido, estos tumores son masas sólidas. Pueden aparecer en cualquier lugar donde haya una vaina tendinosa cercana. Son masas benignas de crecimiento lento que se extienden por el tejido blando bajo la piel. Algunos creen que pueden estar causados por un traumatismo que estimula la vaina del tendón para que empiece a crecer de forma anormal. No son cáncer.

Otro tumor común es un quiste de inclusión epidérmico. También es benigno y se forma justo debajo de la piel, originándose en la superficie inferior de la piel donde puede haber un corte o una punción. Las células de la piel normalmente segregan una sustancia cerosa protectora llamada queratina. También experimentan un ciclo en el que las células superficiales de la piel mueren y se desprenden al medio ambiente. Cuando las células de la piel quedan atrapadas bajo la superficie, siguen produciendo queratina y continúan reproduciéndose y desprendiéndose. La queratina y las células cutáneas muertas quedan atrapadas bajo la piel y empiezan a formar el quiste. El quiste crece a medida que se produce más queratina y mueren más células cutáneas. Al final, se obtiene un saco fibroso lleno de una sustancia cursi que se adhiere a la superficie inferior de la piel de donde surgió.

Hay otros tipos de tumores menos comunes que se ven en la mano. Incluyen lipomas (tumores grasos), neuromas, tumores de la vaina nerviosa, fibromas y tumores glómicos, entre otros (véase la figura 3). Prácticamente todos son benignos. Pueden formarse espolones óseos, por artritis o traumatismos, que se sienten como tumores duros. Los cuerpos extraños, como una astilla, también pueden provocar reacciones que formen bultos o protuberancias en la mano.

¿Qué pasa con el cáncer de mano?

Cuando los pacientes descubren un bulto o protuberancia en la mano, una de sus primeras preocupaciones es si tienen o no cáncer. Afortunadamente, el cáncer de mano es muy poco frecuente. Las neoplasias primarias de la mano más frecuentes son los cánceres de piel, como el carcinoma de células escamosas, el carcinoma de células basales o el melanoma. Otros cánceres son muy raros, pero incluyen los sarcomas de tejidos blandos o de hueso. También es posible que el cáncer se extienda a la mano desde otra parte del cuerpo, como el cáncer de pulmón o de mama. Esto representaría un cáncer metastásico. Con cualquier cáncer en la extremidad, suele ser necesario realizar algún tipo de biopsia de tejido para hacer un diagnóstico definitivo.

Evaluación y tratamiento

Una historia clínica y un examen físico minuciosos realizados por un cirujano de la mano pueden reducir las posibilidades en cuanto al tipo de tumor que tiene un paciente. Se pueden tomar radiografías si hay preocupación por la afectación ósea o para evaluar el tejido blando. Las recomendaciones para el tratamiento se basan en la experiencia del cirujano de la mano y en las preferencias del paciente.

Típicamente, el tratamiento con la menor tasa de recurrencia implica la extirpación quirúrgica del tumor. La extirpación del tumor también permite a un patólogo analizarlo y determinar exactamente de qué tipo es con razonable certeza. La cirugía puede realizarse con frecuencia de forma ambulatoria y puede no requerir anestesia general. Los riesgos y beneficios deben discutirse con el cirujano. La mayoría de los tumores pueden curarse con la cirugía.

Si el médico cree que el tumor es un quiste ganglionar, intentar aspirar o inyectar el quiste puede ser una opción si el paciente no desea la cirugía, aunque la recidiva es bastante común. La biopsia con aguja o la biopsia por incisión pueden considerarse en el caso de un tumor sólido si el cirujano desea obtener un diagnóstico del tejido antes de recomendar un tratamiento definitivo.

Algunos pacientes pueden optar por no hacer nada y simplemente vivir con el tumor una vez que saben que probablemente es benigno. Sin embargo, lo normal es que los tumores aumenten de tamaño con el tiempo y se conviertan en una molestia. Los pacientes también deben considerar los riesgos, los beneficios y las consecuencias si deciden no operarse. Los cirujanos de la mano pueden proporcionar información y asesoramiento para que los pacientes puedan tomar las mejores decisiones respecto a sus planes de tratamiento.

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