La investigación afirma que la evolución y los cambios de los sentimientos de atracción indican que el desarrollo de la orientación sexual continúa mucho más allá de la adolescencia y hasta la edad adulta. Los resultados también muestran claras diferencias entre hombres y mujeres, siendo la sexualidad femenina más fluida a lo largo del tiempo.
» ‘Los primeros años de la veintena son una época de mayor independencia y suelen incluir un mayor acceso a entornos más liberales’. »
La sexualidad es clave para la identidad de la mayoría de las personas. «La orientación sexual implica muchos aspectos de la vida, como por ejemplo por quién nos sentimos atraídos, con quién tenemos relaciones sexuales y cómo nos autoidentificamos», dijo Christine Kaestle, profesora de salud del desarrollo en Virginia Tech y autora del estudio. Lesbiana, bisexual y gay son los principales marcadores de las preferencias sexuales de una persona, pero Kaestle dice que pueden ser limitantes.
«Los investigadores han tendido a centrarse en uno solo de estos aspectos, o dimensiones, para medir y categorizar a las personas. Sin embargo, esto puede simplificar demasiado la situación», dijo. «Por ejemplo, alguien puede autoidentificarse como heterosexual y al mismo tiempo informar de relaciones con parejas del mismo sexo».
Para tomar todas estas dimensiones de la sexualidad por encima de gay, heterosexual y bisexual, Kaestle utilizó datos del Estudio Longitudinal Nacional de la Salud de Adolescentes a Adultos, que hizo un seguimiento de los estudiantes estadounidenses de 16 a 18 años hasta finales de los 20 y principios de los 30.
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«Los primeros años de la veintena son una época de mayor independencia y a menudo incluyen un mayor acceso a entornos más liberales que pueden hacer que la exploración, el cuestionamiento o el reconocimiento de las atracciones hacia el mismo sexo sean más aceptables y cómodos a esa edad», dijo.
«Al mismo tiempo, a medida que aumenta el número de personas que se emparejan en relaciones comprometidas a largo plazo a medida que avanza la juventud, esto podría llevar a que se expresen menos identidades y atracciones que no coincidan con el sexo de la pareja a largo plazo, lo que llevaría a una especie de invisibilidad», añadió Kaestle.
«Los hombres eran más propensos que las mujeres a declarar su sexualidad como heterosexual. Las mujeres eran más propensas a ser bisexuales. «
Los heterosexuales constituyeron el grupo más numeroso y fueron los que menos cambiaron sus preferencias sexuales a lo largo del tiempo. Los hombres eran más propensos que las mujeres a declarar su sexualidad como heterosexual: Casi 9 de cada 10 hombres, en comparación con menos de tres cuartas partes de las mujeres, dijo Kaestle.
Los hombres y las mujeres en el medio del espectro de la sexualidad, así como los de los grupos «emergentes» de gays y lesbianas mostraron los mayores cambios con el tiempo. Las mujeres eran más propensas (1 de cada 6) a situarse en el centro del espectro de la sexualidad y a ser bisexuales, concluyó el estudio.
Las costumbres sociales y culturales también desempeñan un papel en la forma en que las personas se definen a sí mismas, dijo Kaestle. «Siempre lucharemos por imponer categorías a la orientación sexual. Dado que la orientación sexual implica un conjunto de experiencias vitales diversas a lo largo del tiempo, las categorías siempre resultarán artificiales y estáticas»
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