13 de marzo de 2018 Por el Sr. Sam Rajaratnam FRCS (Tr. & Ortopedia)

El dolor de rodilla puede estar entre las afecciones más molestas y causar considerables inconvenientes para llevar una vida normal aunque el paciente goce de buena salud.Si no hay una causa obvia de lesión, el dolor en el interior de la rodilla puede tener varias causas dependiendo del tipo de dolor, su gravedad, localización y frecuencia.

Anatomía de la rodilla

La rodilla une el hueso grande del muslo (fémur) con los huesos de la parte inferior de la pierna (tibia y peroné), y la articulación está protegida en la parte delantera por la rótula. Los tendones conectan los huesos de la rodilla con los músculos que permiten que la rodilla se mueva, y los ligamentos mantienen el conjunto de la rodilla en su sitio. Dos piezas de cartílago (meniscos), una en el interior (medial) y otra en el exterior (lateral) de la rodilla, actúan como amortiguadores entre el fémur y la tibia, y una serie de sacos llenos de líquido (bursas) ayudan al movimiento.

Investigación del dolor en el interior de la rodilla

Su médico le preguntará sobre el tipo de dolor que siente, y también observará el tamaño de su rodilla afectada en comparación con la rodilla no afectada. Se anotará cualquier decoloración y calor, así como la amplitud de movimiento que pueda realizar. Es posible que el médico necesite realizar más pruebas de imagen (radiografía, resonancia magnética, ecografía) para detectar líquido o una posible fractura, y quizás un análisis de sangre para identificar el factor reumatoide o los anticuerpos antinucleares. También se puede extraer líquido de la rodilla para analizar el ácido úrico o las bacterias si se sospecha que hay una infección o una inflamación.

Dolor

El dolor es un fenómeno subjetivo, por lo que es importante poder describir el tipo de dolor que se siente con la mayor precisión posible, ya que dará al médico una indicación del origen del problema.

El dolor se produce cuando unos nervios especiales, denominados nociceptores, detectan daños en los tejidos.

El dolor es la respuesta normal del cuerpo a una lesión, diseñada para inhibir el movimiento con el fin de evitar más daños en los tejidos.

El dolor puede describirse como leve o intenso, un dolor ardiente, una molestia o un dolor punzante. Puede ser continuo o intermitente y empeorar cuando se utiliza la articulación. Todos estos son indicadores que ayudarán al médico en el diagnóstico.

Posibles causas de un dolor ardiente o punzante en la rodilla

Algunos dolores de rodilla se deben a un sobreestiramiento o a una tensión excesiva ejercida sobre los ligamentos y tendones de la rodilla, posiblemente por ejercicios deportivos como el atletismo o el ciclismo. Los ligamentos y los tendones pueden sufrir una tensión excesiva, irritarse e inflamarse y causar dolor. Una causa muy común de este tipo de dolor es un desgarro del cartílago meniscal o del cartílago superficial de la rodilla.

Dolor en la parte delantera de la rodilla

• La tensión excesiva en el tendón de la rótula en la parte delantera de la rodilla, justo debajo de la rótula, se manifiesta por una sensación de ardor en la parte delantera de la rodilla (tendinitis).
• Un fuerte dolor punzante e hinchazón en la parte delantera de la rodilla puede deberse a una rótula parcialmente dislocada. La rótula normalmente se desliza en un surco en la parte delantera del fémur, pero puede salirse debido a una torsión repentina o a un impacto.
• La condromalacia rotuliana es una enfermedad debida a que el cartílago de la superficie inferior de la rótula se ablanda y deteriora. Los síntomas son una sensación de rozamiento en la unión de la rótula y el fémur. A veces, un colgajo inestable de cartílago superficial puede causar este dolor, y puede ser curable con una simple cirugía de ojo de cerradura y una condroplastia.
• Los movimientos repetitivos de la rodilla pueden dar lugar a una acumulación de líquido en las bursas, lo que provoca dolor e hinchazón en la parte delantera de la rodilla (rodilla de la criada).

Dolor en la parte posterior de la rodilla

• Un dolor agudo y punzante en la parte posterior de la rodilla puede deberse comúnmente a una tendinitis de los isquiotibiales, causada por la inflamación de los tendones que conectan los isquiotibiales con la rodilla. Una causa común es el uso excesivo, y el dolor se hace más evidente con el uso continuado.
• Una hinchazón y opresión detrás de la rodilla puede deberse a la inflamación de la bursa poplítea (quiste de Baker). Esto suele deberse a que hay otra anomalía mecánica dentro de la rodilla que produce un exceso de líquido.
• Un dolor en la parte posterior de la rodilla también puede deberse a un desgarro en la parte posterior del menisco.

Dolor en la parte exterior de la rodilla

• Un dolor ardiente en la parte exterior (lateral) de la rodilla puede deberse al síndrome de la banda iliotibial. La banda iliotibial es un ligamento que baja por la parte exterior del muslo hasta la parte exterior de la rodilla y que puede inflamarse e irritarse.
• Un desgarro en uno de los dos meniscos puede causar dolor, hinchazón y una sensación de que la rodilla cede o se bloquea.
• Una sensación de quemazón en la parte lateral de la rodilla puede indicar presión en los meniscos y, a veces, puede deberse a un quiste lleno de líquido.

Dolor en la parte interna de la rodilla

• El dolor en la parte interna (lado medio) de la rodilla puede deberse a que el pliegue de tejido (plica medial) se irrita por una lesión o por el uso excesivo. Esto es muy común y está muy infradiagnosticado, ya que no siempre puede verse en una resonancia magnética.
• Los problemas con los meniscos (véase más arriba) también pueden afectar a la cara interna de la rodilla. Por supuesto, un colgajo de cartílago suelto también dolerá aquí.

Hinchazón de la rodilla

• Agua en la rodilla (derrame de rodilla) que es una acumulación de líquido en la articulación de la rodilla. A menudo significa algo que es mecánicamente anormal dentro de la rodilla, y por lo general necesita más investigación. En ocasiones puede tratarse de una enfermedad inflamatoria de la rodilla.

• Inflamación y sensibilidad de la protuberancia ósea debajo de la rodilla (enfermedad de Osgood-Schlatter) donde el tendón de la rótula se une a la tibia. Es más probable que afecte a los adolescentes en una edad en la que los huesos, los tendones y los músculos están cambiando durante el crecimiento.

• La gota o pseudogota se presenta como una articulación de la rodilla caliente, roja e hinchada, acompañada de un fuerte dolor. La rodilla está dolorida y a menudo tiene un aspecto brillante. La gota está causada por una acumulación de ácido úrico. No causa daños permanentes si se trata lo antes posible, pero si se observan síntomas debe acudir al médico.

Otras posibles causas de dolor de rodilla

Hemorragia interna

La hemorragia en la articulación de la rodilla (hemartrosis) resultante de una lesión, en el caso de un hemofílico, en la que la articulación de la rodilla está caliente, rígida, con hormigueo, dolorosa e hinchada, necesita ser tratada con un factor de coagulación. Cuando la hemorragia en la rodilla se produce en personas no hemofílicas, puede deberse a un traumatismo, a ciertos medicamentos, a infecciones o a la artrosis. Esto también es grave y, si no se trata, puede provocar daños permanentes.

Artritis

La artritis afecta a las articulaciones y es una de las causas más comunes de discapacidad en el Reino Unido. La rodilla es una de las articulaciones más grandes del cuerpo y, como tal, es un punto común de ataque de la artritis. La artritis puede causar dolor en la parte frontal, medial o lateral de la articulación de la rodilla.

Osteoartritis

La osteoartritis es la forma más común de artritis en el Reino Unido. La osteoartritis de la rodilla está causada por daños en la articulación y es una enfermedad degenerativa que suele afectar a las personas mayores. El cartílago liso de los extremos del fémur y la tibia se desgasta y se vuelve más áspero y fino, lo que también supone una mayor tensión para los tendones y ligamentos, y da lugar a la formación de inflamación y espolones óseos (osteofitos) a medida que el cuerpo intenta reparar el cartílago dañado. La pérdida severa de cartílago provoca la abrasión de los extremos de los huesos, lo que cambia el estado normal de la articulación. Los síntomas pueden incluir dolor, hinchazón, rigidez y una sensación de rozamiento y de que la rodilla cede.

Artritis reumatoide

Es mucho menos común y es el resultado de que el sistema inmunitario del cuerpo se dirija a la articulación de la rodilla. La cubierta exterior de la articulación de la rodilla (sinovia) se ve afectada en primer lugar y esto se extiende a otras partes de la articulación, lo que lleva a una posible rotura del hueso y el cartílago. Los síntomas incluyen dolor, hinchazón y cambios en la forma de la articulación. También existen otras enfermedades articulares inflamatorias que deben investigarse, sobre todo si se tiene dolor en más de una articulación.