Completo conciso

Contenido del capítulo

La angustia de Nehemías por la miseria de Jerusalén, su oración.

Nehemías era el copero del rey persa. Cuando Dios tiene trabajo que hacer, nunca querrá instrumentos para hacerlo. Nehemías vivía a gusto y con honor, pero no olvida que es israelita y que sus hermanos están en apuros. Estaba dispuesto a hacerles todos los buenos oficios que pudiera; y para saber cuál era la mejor manera de hacerles un favor, hace averiguaciones sobre ellos. Debemos preguntar especialmente sobre el estado de la iglesia y la religión. Toda Jerusalén de este lado del cielo tendrá algún defecto que requerirá la ayuda y los servicios de sus amigos. La primera solicitud de Nehemías fue a Dios, para que pudiera tener más confianza en su solicitud al rey. Nuestras mejores súplicas en la oración se toman de la promesa de Dios, la palabra en la que nos ha hecho esperar. Hay que utilizar otros medios, pero la oración ferviente y eficaz de un hombre justo es la que más vale. La comunión con Dios nos preparará mejor para nuestro trato con los hombres. Cuando hemos confiado nuestras preocupaciones a Dios, la mente se libera; siente satisfacción y compostura, y las dificultades se desvanecen. Sabemos que si el asunto es perjudicial, Él puede fácilmente obstaculizarlo; y si es bueno para nosotros, Él puede tan fácilmente promoverlo.