Consecuencias de E=mc2
Una vez que te pones a pensar en ello, las consecuencias de la formulación de la ecuación E=mc²
son asombrosas. Einstein propuso un mundo en el que la masa no es más que energía a la espera de ser «liberada». Y no sólo algo de energía: una enorme cantidad de ella.
El peso medio de un adulto es de 62 kg. Una persona así, según Einstein, tiene una energía en reposo de 5.6 × 1012
mega julios (MJ). Puedes comprobarlo con nuestra calculadora E mc2. Sólo para comparar, la bomba lanzada sobre Nagasaki tenía una energía de 8.4 × 107
MJ. En esencia, si consiguiera explotar y liberar toda su energía en reposo (lo que no es alcanzable… todavía), causaría la misma destrucción que más de 66.000 bombas nucleares. Decir que es mucho es definitivamente quedarse corto.
Esta fórmula fue un salvavidas para todos los que trataban de entender cómo funciona el universo. Explicaba por qué los materiales radiactivos no se «funden» mientras emiten corrientes de partículas (se debe a la extrema eficiencia de la conversión de masa en energía). También explicó por qué las estrellas no se quedan sin hidrógeno, su principal combustible, durante miles de millones de años. De repente, la edad del universo parecía mucho más creíble.