Los sensores son una parte integral de la vida moderna. Si está leyendo este artículo en un ordenador, lo más probable es que esté utilizando un ratón, que contiene un sensor óptico. Si está en un smartphone, está utilizando sensores táctiles cada vez que toca la pantalla. Pero, ¿qué es exactamente un sensor?
Un sensor es un dispositivo que mide la entrada física de su entorno y la convierte en datos que pueden ser interpretados por un ser humano o una máquina. La mayoría de los sensores son electrónicos (los datos se convierten en datos electrónicos), pero algunos son más sencillos, como un termómetro de cristal, que presenta datos visuales. La gente utiliza los sensores para medir la temperatura, medir la distancia, detectar el humo, regular la presión y un sinfín de otros usos.
Hay dos tipos de sensores electrónicos: analógicos y digitales. Los sensores analógicos convierten los datos físicos en una señal analógica. Los sensores analógicos son mucho más precisos que los digitales, que están limitados a un conjunto finito de valores posibles. A continuación se muestra un gráfico con la diferencia entre las señales analógicas y digitales:
Como las señales analógicas son continuas, pueden dar cuenta del más mínimo cambio en la variable física (como la temperatura o la presión). Las señales digitales, aunque siguen la tendencia general de variación, se limitan a datos fijos (unos y ceros).
Hay multitud de tipos de sensores. Sólo en un automóvil medio, hay docenas de tipos de sensores diferentes. Los sensores de presión de los neumáticos indican si un neumático está desinflado o necesita más aire. Los coches que se conducen solos, como el Tesla, están equipados con sensores ultrasónicos que miden la distancia entre el vehículo y otros objetos de su entorno mediante ondas sonoras. Los sistemas de seguridad del hogar utilizan sensores de movimiento, que detectan el movimiento de objetos principalmente grandes. El sensor de movimiento más utilizado para la vigilancia del hogar se llama sistema infrarrojo pasivo (PIR), que detecta la radiación infrarroja en el entorno del sensor.
La tecnología de sensores también se utiliza con frecuencia en los dispositivos médicos. Los sensores de entrada, como los mioelectrodos, se utilizan en la tecnología protésica. Los mioelectrodos detectan la señal eléctrica de las contracciones musculares del paciente. Los sensores de los latidos del corazón controlan y detectan el pulso de los pacientes, y los termómetros miden la temperatura.
El futuro de la tecnología de sensores
A medida que se desarrolle la tecnología, el uso de sensores seguirá extendiéndose a todos los aspectos de nuestra vida. Ingenieros y científicos de todo el mundo utilizarán sensores para mejorar los sistemas de transporte, los procedimientos médicos, la nanotecnología, los dispositivos móviles, la realidad virtual y aumentada, e incluso la inteligencia artificial (IA).